José Miguel Castillejo
Tengo la fortuna de que soy de esa gente que ya eran llamados «locos de los perros» hace bastantes años. Uno de mis primeros recuerdos «adultos», hará ya 30 años de ello, es estar sentado junto a nuestra perrita Lassie (nombres de moda…) en una colina en las afueras de la ciudad, y pensar, con banda sonora de fondo de una infinidad de ladridos procedentes de la perrera municipal, algún día intentaré dejarme la piel para ayudar a los hijos de sus hijos en todo lo que pueda. Y aquí estoy, en otro lugar, en otro momento, pero empezando este blog de la brujulacanina.com.
En los últimos años todo lo referente al mundo canino, tanto a nivel de particulares como de profesionales, ha explosionado de una manera exponencial, convirtiendo un conocimiento paleolítico y en manos de unos pocos «elegidos» en un conocimiento neolítico (algo más avanzado), seguramente demasiado banalizado pero afortunadamente cada vez más en manos de casi cualquiera con un mínimo de interés. En el mundo actual, la revolución tecnológica está permitiendo circular el conocimiento originalmente desarrollado a través de estudios científicos (o al menos, así debería ser, partiendo de observaciones rigurosas), en concreto estudios de comportamiento animal (etología), a una velocidad gratamente sorprendente.
Esto es una muy buena noticia para muchos de los perros que han estado llevando vidas de castigo, físico o psicológico, muchas veces únicamente por culpa de la ignorancia.
A medida que una persona aumenta su conocimiento en cualquier disciplina en la que se especializa, se da cuenta de que cada vez sabe menos. O mejor dicho, cada vez sabe más, pero se da cuenta de que cada vez hay más por saber. Y eso me ha ocurrido a mí con los perros.
Me he dado cuenta de que quiero aprender más, y esa inquietud me está llevando a querer invertir gran parte de mi tiempo a observar, aprender y conocer… para de nuevo observar…
Con cerca de los cuarenta, con formación universitaria, un doctorado y carrera investigadora de más de 15 años, uno puede decidir dar un paso al frente y dedicar el resto de su vida a una pasión. Os recomiendo a todos realizar esa reflexión, pues es muy liberadora. De cómo convertir el gran ocio de todos tus años en tu manera de vida. Mi verdadero currículo canino no son los certificados y títulos (que no por eso no dejan de estar ahí…), sino que es la ilusión, motivación, y sobre todo la experiencia real de los muchos perros que hemos ayudado a mejorar su calidad de vida, de una manera altruista en la mayor parte de los casos.
Me gustaría invitaros a que deis rienda suelta a vuestras inquietudes y despertéis del letargo de la pereza formativa e informativa. Así, y solo así, tendremos la satisfacción cada vez mayor de que los compañeros caninos con los que compartiremos nuestras vidas serán cada vez más felices (y no al contrario).
WILY
Corría el año 2007, en el momento de escribir este texto hace ya casi 10 años, cuando mi vida personal se abocaba al desastre una vez más. Han sido pocos momentos desde que nací en los cuales no he compartido mi día a día con, al menos, un perro, pocos momentos en los que sus rutinas no han estado integradas a las mías propias.
Justamente en aquel mes de junio así era, y pronto después de mirar al abismo bien de cerca, entendí que necesitaba volver a incorporar un compañero canino en mi vida. Esperaba que pusiera orden, que me echara una mano a borrar el caos, y vaya lo que consiguió.
La realidad es que poco o nada de la información que tenía sobre él o que vislumbré en nuestros primeros días juntos podía en aquel momento, con aquella experiencia, vaticinar el desastre. Así llegó Wily (con una sola «l», incluso hasta en el propio nombre había problemas) a mi lado, repleto de graves problemas de conducta, algunos de ellos tan serios que hicieron tambalear durante mucho tiempo (no hablamos de días o meses) mi ciega fe en la solución. Miedos a casi cualquier cosa derivaron en una situación de estrés crónico como pocas he visto ni vivido, en parte derivado del hecho de vivir (o sobrevivir) en el centro de la gran ciudad madrileña. Durante mucho tiempo, hacer casi cualquier cosa con él, desde incluso las más sencillas, como ponerle un collar o una correa, o pasear sin que se clavara tumbado en el suelo, se convirtieron en el motivo de nuestra (conjunta) frustración. Previendo el holocausto, relativamente pronto acudí a profesionales, pero, aunque en aquel momento no tenía ni idea, hoy reconozco el profundo error en la selección de los mismos.
Por supuesto, igual que yo cambié, muchos de ellos también lo hicieron, incluso antes y mejor que yo.
Poco a poco, las decisiones cada vez fueron más acertadas. La comprensión y respeto mutuo fueron aumentando con el tiempo, a la par que comenzó la que para mí, y ojalá que también él sienta algo similar, ha sido una de las historias compartidas de amor más bonitas que he vivido y, por todo lo que significa en su contexto, que probablemente nunca más viviré con la misma intensidad. Comenzó la recuperación, hasta llegar a convertirse en un perro solidario que dedicó mucho de su tiempo y paciencia a ayudar a una infinidad de otros perros con problemas tan graves como los que él tuvo en su tiempo. Hoy en día es un anciano adorable, con sus manías de abuelo y su ceguera avanzada, pero que, pase lo que pase, siempre se hace querer.
Wily y su historia son para mí el ejemplo de que se puede superar casi cualquier tormenta tomando las decisiones adecuadas, sabiendo aprender de los errores y perdonar los mismos.
LEELA
Tras muchos años compartiendo intensas pero preciosas historias cada día con ese por aquel entonces ya perro anciano, decidí que su sabiduría longeva y sus maduras habilidades sociales, mermadas eso sí por la incipiente vejez, no debían de perderse. En ese momento presentarle una “nieta” adoptiva, una perrita con poco más de tres semanas, me pareció una… “buena” idea. Hoy, me parece que fue una decisión más que acertada. Leela fue bautizada así porque apareció con sus uñas cromadas de “lila”. Quisimos darle un nombre diferente para una perrita que para nosotros queríamos diferente. Y la realidad diaria superó nuestras expectativas.
Un destete prematuro, unas primeras semanas de vida lejanas a la tranquilidad necesaria para un cachorro y la suma de varios eventos traumáticos auguraban un individuo con serios problemas de comportamiento cuando alcanzara la madurez.
Después de muchos perros que se habían cruzado en mi vida, por primera vez tenía en mis manos la oportunidad de moldear a un “bebé” para conducirlo hacia el tipo de perro compañero que siempre había querido tener. Lo mejor de todo fue que ella me moldeó a mí para t
ener el tipo de humano que siempre ella hubiera querido tener. Leela es un pointer grande, fuerte y divertida, siempre dispuesta a jugar con aquellos perros y humanos que manifiestan buenas intenciones, con un gran instinto maternal, y protectora de sus seres cercanos. Una perrita con una enorme implicación social con la que nunca pensé que podría compartir cada
día, capaz de ayudar a solucionar conflictos altruistamente y sin descanso, y que siempre está aunque parezca que no está. Hoy quisiera dar públicamente las gracias a la perra que hizo que muchas cosas merecieran la pena en los últimos años. Y quiero dar públicamente las gracias a los muchos perros y personas que fueron partícipes de lo que ella llegó a ser.
Estoy seguro de que sin ellos, la pequeña Leela, que ha llegado a ser algo muy grande, sería algo diferente.
AYLA
Ayla es uno de esos grandes ejemplos de que todos merecemos una segunda oportunidad. Muchos (demasiados) perros (o personas) tienen un pasado difícil, que ni siquiera a veces debemos de tratar de entender, pero nosotros siempre podemos ofrecerles un presente y un futuro mejores. Ayla vivió con una familia hasta su primer año de vida aproximadamente. Tras un historial destructivo en el domicilio, su familia humana decidió que no era posible seguir atendiéndola.
No sabemos lo que pasó en ese año, no sabemos casi nada de ese pasado, pero ya tampoco nos importa porque tiene un presente.
De ahí pasó, tan joven e inexperta, tan llena de vida, a los cheniles de una protectora. Estamos seguros (de hecho, lo sabemos con certeza) que hicieron lo máximo y lo mejor que sabían y podían para ella, pero para un adolescente crecer entre barrotes siempre es algo muy duro. Para un perro con un potencial problema de ansiedad por separación, sentirse abandonado cada día, mínimo dos veces al día, por aquellos que iban a cuidarle, no debió de ser nada fácil. Un perro adolescente que pasó de dormir caliente en una cama, junto a personas, al frío de la intemperie, a la soledad del amor, al hambre de un plato en caliente.
Recuerdo el primer día que fui a la protectora. En ese momento había muy pocos perros, pero Ayla estaba allí.
Todos los perros son especiales, pero no todas nuestras relaciones con ellos lo son.
Sin embargo, cuando la miré, sabía que detrás había mucho más entre ella y yo. Detrás de su soledad, de su hambre, de su frío, estaba esperando una gran amiga para mí. Durante las dos primeras semanas de mi colaboración con la protectora trataba de ir casi cada día para estar con ella. Después de 3 días, cuando me iba Ayla lloraba, y ese llanto me partía el corazón, igual o más que a ella. Recordaba en mi cabeza esas palabras: «cada día, dos veces me abandonan». Hasta que un día no pude más. Venían las fiestas del pueblo donde está ubicada la protectora, sabía que vendrían cohetes, música, ruido, gente,… y quería que estuviera lejos de esos cheniles.
Inicialmente nos informaron que Ayla podía llegar a tener problemas con gatos, y nosotros residíamos en una casa con terreno donde vivían varios. Pacientemente, cada día iba a por ella, durante varias semanas, para que se fuera acostumbrando a los gatos. Su respuesta fue genial casi desde el principio.
Muy pronto empezaba a saber que Ayla era para nosotros y nosotros para ella.
En esos momentos iniciales de nuestra relación Ayla era inexpresiva, oscura, inapetente. La mayoría de sus intereses estaban relacionados con conducta vinculadas al estrés. «Sácame de aquí», parecía decir cuando ibas a los cheniles, pero mucho más con desesperación que con amor.
Desde el principio creímos en su potencial. No sabía si queríamos creer o si realmente lo veíamos, pero siempre pensamos que era una gran perra muy especial que iba a darnos mucho. Ahora estamos empezando a confirmarlo, y si esto es solo el principio, nos espera una relación de felicidad enorme.
Durante sus primeros días y semanas mucha gente nos miró con cara de «¿estás loco, vas a adoptar esa perra?». Problemas con la comida, incapacidad para quedarse sola en casa, protección de recursos (juguetes, mochilas, coches,…).
Nuestra respuesta siempre ha sido: «tengo fe en ella, y no me va a defraudar porque nos queremos». Y vaya que sí, su mejoría está siendo espectacular. Es cierto que el resto de miembros caninos de la familia le están ayudando mucho, pero así ha sido siempre aquí, los veteranos ayudan a los nuevos a la adaptación. Por supuesto, Ayla se está convirtiendo en una gran perra gracias a Wily y Leela, pero también porque ella misma es así de magnífica. Siempre hemos confiado en ella, y ella en nosotros.
Ayla es una perra que ha tenido que madurar prematuramente debido a sus experiencias en la vida, a pesar de lo cual es muy divertida y tremendamente cariñosa, parece que ahora debemos darle el amor que le faltado la mitad de su vida. Sus habilidades sociales con perros se vieron mermadas por su aislamiento social, y sin embargo, a pesar de ello, son increíbles. Es una perra siempre dispuesta a pasar un buen rato contigo, ¿cómo negarle eso a un perro que ha pasado por un encierro la mitad de su corta vida?
Tras dos meses y medio como casa de acogida, Ayla ha sido definitivamente adoptada por el equipo de La Brújula Canina. Bienvenida a tu casa, amiga, te garantizamos un hogar para siempre,
Hola, hace ya 2 años aproximadamente mi perro cambio de conducta por las noches, llora, jadea y hasta se ponía agresivo, el veterinario me recomendó castrarlo y efectivamente su temperamento cambio, sin embargo las noches son terribles llora, jadea, se rasca mucho y se hace daño de tanto rascar….es un comer de 11 años ya, muy sano pero con este tema….darle passiflora durante la noche lo relajaría?, Yo lo paseo antes de la hora de dormir pero igual debo quedarme cerca de él para que no llore….que puedo hacer ante está conducta?
Hola, Sara, perdona el retraso. Por lo que describes, se trata de un problema de gravedad moderada o severa. En ese caso, nuestro mejor consejo es que cuanto antes te pongas en manos de un profesional mejor. Si el tema orgánico (salud) ya está descartado por un veterinario, quedarían los posibles problemas de base emocional, como el estrés o la ansiedad. Si fuéramos tú, no nos fijaríamos tanto en la «conducta», si no en los problemas de tipo emocional que puede haber detrás. Por ello, cuanto antes trabajes de la mano de un profesional educador canino que tenga en cuenta de manera prioritaria las emociones del perro, mucho mejor. Si quieres, puedes escribirnos a info@labrujulacanina.com indicándonos tu zona de residencia y tratamos de asesorarte sobre las opciones que podrías tener. Muchas gracias por todo, Sara, recibe un abrazo
Hola, buenas tardes.
He leído que estais en el entorno de Zaragoza. Haceis paseos grupales??
Muchas gracias
Hola, Marisa, puedes escribirnos a info@labrujulacanina.com y lo comentamos. Así es, hacemos paseos grupales, tanto urbanos como rurales. Muchas gracias a ti, 🙂
Hola,
hace un mes se esterilizo a un perrito de un familiar, aproximadamente 4 años de edad y su comportamiento ha cambiado, en esta ultima semana se ha vuelto agresivo con los perros machos que ve o pasan por su lado y ataco aun perrito, en verdad el nunca había sido agresivo es por ello que nos confiamos en que este libre como estaba antes.
nuestro perrito es mestizo, cruzado con labrador y la verdad estoy preocupada.
Hola, karely. La eseterilización es un momento delicado para muchos perros. En primer lugar, debes tener en cuenta el estrés en sí mismo de la intervención y el post-operatorio. Son momentos de bastante tensión y nervios para muchos perros, y esto puede derivar en comportamientos «atípicos» en ese perro. Por otro lado, también debéis tener en cuenta que la esterilización de un perro macho puede producir un cambio hormonal significativo en algunos individuos (ej. menor producción de testosterona) y esto puede llevar a desarrollar algunos miedos, dentro de los cuales puede incluirse a veces la reactividad hacia otros perros. Lo mejor sería que consultárais con un profesional canino de vuestra zona, y os pusiérais a trabajar con él cuanto antes, para evitar que el problema pueda agravarse más. Si necesitais asesoramiento sobre qué profesional elegir, no dudes en escribirnos a info@labrujulacanina.com e intentaremos asesorarte en función de tu lugar de residencia. Muchas gracias por tu confianza, karely, os mandamos mucho ánimo, 🙂
Hola disculpe por hablar acá tengo un problema con mis perros uno de ellos no puede ver a personas ya que desde chico lo amenazaban con palos y le tiran piedras por ende al verlos les ladra que puedo hacer para poder disciplinarlo y que entienda que no puede hacer eso por mas amenazado que se sienta ayuda porfi
Hola, Carla. Te recomendamos que leas el siguiente post: http://labrujulacanina.com/que-hacer-cuando-mi-perro-tiene-miedo-a-personas/, específicamente pensado para perros que muestran miedo a las personas. En cualquier caso, lo ideal es que hables con un profesional educador canino de tu zona y pueda asesorarte respecto a vuestro problema concreto. Muchas gracias por tu confianza en nuestro trabajo
Hola, Jose y compañía!
Apenas me he topado con este blog y ya es, en definitiva, el más vocacional y sincero que he visto. Me ha hecho sentir menos sola en los aciertos y fracasos que he cometido en la crianza de mi perrhija, y me llena de esperanza y de herramientas prácticas para comprenderla y luchar con mis/sus miedos.
Más que agradecerles por el apoyo transmitido, agradezco cada gesto que hacen por los peludos.
Leeré más y seguramente les pediré consejos.
Sigan y mejoren!
S.M.
Hola, Selene. Muchas gracias por tan amables palabras hacia nuestro trabajo, es un verdadero placer. Si te ha servido de utilidad, nos damos por más que satisfechos, pues ese es el objetivo principal. Por supuesto, cualquier cosa que necesites, del tipo que sea, por favor, no dudes en decirnos. Te mandamos un fuerte abrazo, Selene,
Acabo de llegar a casa del curso de ansiedad por separación canina en Pamplona. Ya os seguía de antes pero desde hoy aún más. He aprendido un montón sobre perros, mi pasión. Así q muchas gracias Jose, te traeremos para hacer el de reconstrucción emocional,te lo aseguro!!!! Lametones de Golfo y saludos míos,y de nuevo gracias!!!!
Muchas gracias, Marian. Fue un placer contar contigo entre los asistentes. Disfruté mucho con todos vosotros. ¡Y yo también aprendí un montón! La reconstrucción emocional… ¡fundamental! Claro, ojalá podamos organizarlo. Con muchas ganas de conocer a Golfo. Las gracias debo dároslas yo a vosotros por vuestra confianza, de corazón. Un abrazo, Marian,
Hoy he «des cubierto» La brújula canina, y he de decir que lo que he leído aquí , me gusta. Estáis por Zaragoza, es así? me pilla un poco lejos, yo vivo en un pueblecito de la provincia de Barcelona. Os dejo, voy a continuar disfrutando de la lectura, y como estoy subscrita, ya iré recibiendo esos maravillosos escritos. Gràcias por vuestra labor
Muchas gracias por tus amables palabras, Núria, es un placer que te haya gustado nuestra página. Estamos en el entorno de Zaragoza, efectivamente, pero también ofrecemos formación e información a distancia, :). Ojalá nuestros contenidos te resulten útiles e interesantes. Gracias de nuevo, Núria,
Con cada una de vuestras publicaciones me alegro más y más y doy gracias al cielo de haberos encontrado en este mundo de Internet. Leiendo la historia de Wily coincide bastante con Beni mestizo de Bretón y casi ciego que hace muy poco he adoptado.
Muchas gracias a ti, Isabel, por prestarnos tu apoyo y seguir nuestras publicaciones, es un verdadero placer. Te mandamos mucho ánimo con Beni, los comienzos a veces son complicados, pero pocas veces no merecen la pena, :). Cualquier cosa que necesites, por favor, no dudes en decirnos. Un abrazo,
Me encanta tu página y blog!!!
Durante mucho tiempo anduve dando palos de ciego en esto de la educación canina… Adopté una perra que tenía muchos miedos y por no dar con los profesionales adecuados, los miedos fueron a más…La situación llego a ser preocupante. Pero por suerte investigué en internet y conocí la educación en positivo y contacte con alguién que sabia. Y gracias a esa persona y a gente como tú, que os dedicáis a entender a nuestros peludos y nos enseñáis a entenderlos, a día de hoy mi compañera de cuatro patas ha mejorado un montón.
Por todo ello gracias por la gran labor qué haces!!!!
Muchas gracias por tu comentario, Raquel. Nos alegramos mucho de que hayas podido mejorar con tu perra, es un placer poder ayudaros y ayudarles a ellos. Nosotros también vivimos una situación similar pero hace los suficientes años para que desgraciadamente internet aún no fuera una herramienta a considerar, por eso en gran parte decidimos crear el blog. Y desgraciadamente también dimos con las pautas inadecuadas. Es una enorme alegría contar contigo en este viaje, mucho ánimo, Raquel. ¡Seguimos!
Me gusta mucho tu blog, y esperamos impacientes tus correos informandonos de nuevas noticias
Muchas gracias por tus amables palabras, Jose Luis. Todas las semanas se envía el boletín de noticias (newsletter), además de iros informando de todos los temas adicionales de interés que van surgiendo. Un abrazo,
Os sigo
Muchas gracias, Daniel. Un placer,
Enora buena amigo jose migel por la labor que estas haciendo.
Los perros y otros animales de compañia se merecen un espacio en esta sociedad y ello solo se puede conseguir con gente como tu,dedicada a ellos con amor.
Te dire que tengo dos perros con todos los problemas habidos y por haber,no tengo titulacion alguna para su reabilitacion,tampoco tengo demasiados medios para acceder a una formacion academica para ampliar y agilizar mi aprendizage y conocimientos sobre su sicologia.
Aun asi estoy consiguiendo muchos logros con ellos.
Lo peor ya paso,hahora mismo tengo una situacion que no es muy buena,pero es mucho mejor que la de los hultimos siete u ocho años anteriores,los cuales estube en exclusion social y con perros con problemas sociales.
Hoy por hoy dos mestizos de rotwatler con lobo,puedo decir que estoy aprendiendo mucho y me hace falta complementar la sicologia canina para hacerlo mejor.
De corazon mucha suerte y animo que de ellos aprendemos y para ellos nos devemos siempre con amor.
Si no te es mucha molestia me gustaria que echaras un vistazo a mi facebook y comprenderas lo que me sucede hoy,seguro te gustara y veras hacia donde tengo direccionada mi atencion y para lo que sea cuenta con migo y mi admiracion por el entendimiento y dedicacion.
Un abrazo…1+…
Muchas gracias por tus palabras, Jorge, es un verdadero placer que os guste lo que hacemos desde La Brújula Canina. Y por supuesto, muchas gracias por compartir tu historia con nosotros, es muy grato que tengáis la confianza suficiente para permitirnos ser partícipes de vuestras historias personales.
A raíz de tu texto, puedo concluir que estoy seguro de que has hecho un esfuerzo muy importante para ayudar a tus perretes, y, sinceramente, eso es lo más importante cuando tratamos con seres vivos. Nuestros mejores amigos necesitan que aprendamos sobre ellos, y la divulgación es uno de los objetivos de nuestro blog, pero sin lugar a dudas hay algo que los perros que conviven con nosotros necesitan mucho más que nuestra formación, y eso es amor, algo que estoy convencido de que les has dado. La sociedad humana a veces es muy cruel porque hemos perdido parte de nuestras interacciones colaborativas para convertirlas en algo cada vez más competitivo, en eso deberíamos de fijarnos más en los perros como animales sociales. La admiración la siento yo hacia personas que sin medios, ni formación, ni nada más que su ilusión, comparten su vida con perros, a los que aman.
Te mandamos un fuerte abrazo, Jorge. Puedes contar con nosotros para todo aquello que esté en nuestro mano.
Simplemente gracias, Jose Miguel. Me he sentido muy identificada con tu forma de hablar de los perros y de la vida misma. Me alegro mucho de haber dado con tu blog, lo encontré por casualidad, pero pienso seguirte…algo me dice que puedes enseñarme a ser una buena «líder de manada» para mis gordas. También soy una de esas personas a la que llaman «la loca de los perros»…y a mucha honra!! ;-)…no tengo mascotas, tengo verdaderas amigas caninas, y no vivo con ellas, sino que convivo con ellas….cada día doy gracias por tenerlas a mi lado, por las que siguen aquí y por los que ya no están, siendo ahora nuestros ángeles de la guarda de cuatro patas.
Por fin estoy empezando a dedicarme profesionalmente al mundo canino, en principio en un sentido más comercial,(desgraciadamente el dinero hace falta para vivir), aunque espero reunir los recursos económicos suficientes para formarme en etología canina, terapias naturales y terapia asistida…. poco a poco y despacito….con mucho miedo, mucha ilusión y muchas ganas de aprender…de convertir mi sueño en realidad: hacer de mi pasión una buena forma de ganarme la vida, cuidar de mi familia canina y poner mi granito de arena en hacer de este mundo un lugar mejor para los animales en general, y para los perros en particular. 😉
Enhorabuena por el proyecto!! Nos «vemos» por la red!! Un abrazo y achuchones peludos para Leela y Wily!! Seguid así!!
Muchas gracias, Cristina. Me has dejado sin palabras con tu comentario tan cálido, y no es fácil eso. Te mando mi ánimo más fuerte, estoy seguro de que todo lo que se hace con pasión al final acaba dando sus resultados, así que a por todas, se nota que amas a los perros, así que no te rindas. En todo aquello que pueda ayudarte desde La Brújula Canina, por supuesto, cuenta con ello. Y no tengas miedo, el miedo es ese mecanismo innato para afrontar lo desconocido, pero lo desconocido no tiene porqué ser algo malo, muchas veces descubrimos en lo desconocido cosas maravillosas. Leela y Wily serán achuchados de tu parte, muchas gracias, Cristina,