Los perros, como nosotros las personas, juegan durante todas sus etapas de vida, pero juegan como perros (no como humanos) y lo hacen de manera diferente en función de su edad y de sus «compañeros de juego». Los perros jóvenes aprenden jugando, los adultos pueden disfrutar del juego con amigos (caninos o humanos) de confianza. Descrubre en este post algunos aspectos fundamentales para entender los protocolos de juego en tu perro.
Desvelando el «secreto» del juego en perros (Canis lupus familiaris): asimetría y señales.
Dada su predisposición natural al juego, los perros representan un buen modelo para evaluar algunas de las hipótesis de la etología (ciencia del comportamiento animal) sobre la dinámica del juego (duración, asimetría(*), características de los «jugadores») y comunicación durante el juego (posición de inclinación para invitar al juego; posición de boca abierta y relajada).
Los autores de este estudio grabaron 203 sesiones de juego entre perros sueltos (libres de correa) en un parque en Palermo, Italia.
- DINÁMICA DEL JUEGO: duración, asimetría, caraterísticas de los «jugadores».
Contrariamente a lo esperado, la asimetría en el juego (particularmente elevada en la especie «perro») no mostró diferencias entre perros desconocidos o conocidos, lo cual sugiere el limitado papel del juego en el establecimiento de determinados tipos de relaciones de abuso.
La asimetría, no obstante, afectó negativamente a la duración de la sesión de juego, mientras que el número de «jugadores» estuvo directamente relacionado con la duración de las interacciones de juego (más «jugadores, mayor cantidad de tiempo de juego).
2. COMUNICACIÓN DURANTE EL JUEGO: posición de inclinación para invitar al juego, posición de boca abierta y relajada.
La cantidad de veces que se mostraba la posición de inclinación para invitar al juego por parte de los «jugadores» puede ejercer una cierta influencia en la duración de la sesión también.
Estas posiciones de inclinación fueron realizadas independientemente del tipo de juego (locomotor versus contacto) que los perros estuvieran desarrollando.
Por el contrario, las posiciones de boca abierta y relajada fueron más frecuentemente realizadas durante juegos de contacto en aquellos momentos en los que las interacciones cara-a-cara eran más probables.
La proximidad del cuerpo es también un comportamiento usado en caso de que abrir la boca no tenga éxito como señal, pero anticipa una mordida de juego.
Sin embargo, el 82% de los mordidas de juego no se produjeron tras una posición de boca abierta y relajada, sugiriendo que los perros usan esta posición en el contexto apropiado para mejorar la identificación de la intención.
En conclusión, los perros, tan diversos actualmente en su morfología, han podido desarrollar dos tácticas comportamentales para solventar los problemas de asimetría morfológica y de impredictibilidad ante el inicio de una sesión de juego. En primer lugar, cuando la asimetría aumenta (existen grandes diferencias morfológicas o comportamentales, por ejemplo) los perros reducen la duración de sus sesiones, limitando así el riesgo de un posible incremento de la intensidad. En segundo lugar, los perros han desarrollado un excelente sistema comunicativo basado en el intercambio recíproco de señales específicas para el juego.
Véase: Cordoni, G., V. Nicotra & Palagi, E. (2016). «Unveiling the «Secret» of Play in Dogs (Canis lupus familiaris): Asymmetry and Signals.» Journal of Comparative Psychology 130(3): 278-287.
[(*) Un juego es simétrico cuando los distintos jugadores que participan en él disponen de, exactamente, las mismas estrategias y es asimétrico cuando no es así. En el caso de los perros, al ser una especie tan diversa, estas diferencias pueden venir por mostrar diferencias morfológicas, como por ejemplo el tamaño.]
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día?
El juego en los animales sociales es fundamental a lo largo de toda su vida. Por un lado, los perros jóvenes deben jugar con sus hermanos de camada como proceso de aprendizaje de los protocolos de comunicación que tendrán que utilizar durante el resto de su vida. Por otro lado, los perros adultos también juegan, aunque aquí ahora el objetivo es más a nivel de disfrute o demostración de afecto.
Sin embargo, independientemente de la etapa vital considerada, los perros deben jugar como perros, con las propiedades de sus juegos caninos. Esto se olvida con demasiada frecuencia cuando las personas interactuamos con ellos, y con frecuencia acaba desembocando en situaciones no deseadas, como problemas de conducta.
Este estudio nos presenta una valiosa información que deberíamos tener en cuenta a la hora de ver jugar a varios perros. Por ejemplo, nos muestra cómo los perros ya saben regular ellos mismos a través de sus protocolos de comunicación cómo jugar con otros perros de características morfológicas muy diferentes. Es decir, que un gran danés (si aún no está roto por la mano del hombre) ya sabe por sí solo cómo jugar con un chihauhua (un ejemplo de asimetría).
Asímismo, nos da algunas pistas sobre la comunicación canina que surge durante el juego entre perros. Con frecuencia hemos visto como dos perros que querían jugar no han sido entendidos por las personas que las acompañaban y la situación ha terminado con frustración evidente por parte de todos.
Hacer feliz a tu perro supone entenderlo, y el juego, en su correcta medida, es fundamental para todos, incluidas las personas.
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Me gusta mucho este artículo, creo que los perros entre ellos se suelen entender y comunicar bien. Pero aveces he visto perros que parecen no entenderlo.
Me refiero sobretodo a perros muy pesados e insistentes, con juego muy nervioso e incluso invasivo, al que el otro intenta calmar, parar el juego, muestra signos de agobio y el perro insistente parece no entenderlo.
No se si será porque no tuvieron la oportunidad de aprender con su madre y hermanos, me refiero a perros que separan muy pronto de su camada, o porque son perros muy estresados.
En estos casos suelo parar el juego e intentar que se calmen. No sé si es correcto lo que hago o debería dejarles a ellos.
Hola, Inma, efectivamente, hay varias razones por las cuales la comunicación entre los perros que están jugando no parece estar resolviendo una determinada situación. Perros con pobre socialización, poca práctica de habilidades sociales, perros con estados emocionales degradados, algunos perros muy jóvenes… todos ellos pueden ser perros que no acepten o entiendan una «parada» del juego por parte de otro perro. Absolutamente de acuerdo que en esos casos debemos valorar la opción de actuar de «árbitros» nosotros, pues no todo es autogestionable por parte de los perros en la vida de alto estrés que suelen vivir hoy en día. Otra cosa diferente son los perros en su estado más natural como especie, en contextos de dosis de estrés mejor gestionables. Gracias por tu aporte, Inma, un abrazote