Se ha demostrado que el estrés es una de las principales causas de los problemas de conducta de nuestros perros. La vida de muchos perros actualmente está repleta de agentes estresores, desde tener que llevar una correa y cómo se maneja, la duración de los paseos, una inadecuada socialización perro-perro, y un largo etc. Aunque muchas veces lo pasamos por alto, uno de los factores que estresa y mucho a nuestros perros suele ser la visita a la clínica veterinaria. Descubre en este estudio por qué sucede esto y los principales factores para manejar la situación y reducir así el problema.
Percepción de las personas en relación con el estrés de sus perros y comportamientos relacionados durante las visitas a la clínica veterinaria.
Un cuestionario a personas que conviven con perros en Italia (total = 906 personas) fue realizado para evaluar el comportamiento canino y su estrés durante las visitas a la clínica veterinaria, así como para investigar cómo les afectaba a dichos perros la conducta tanto de las personas como de los veterinarios.
Este estudio confirmó que la visita a la clínica veterinaria es por lo general una fuente de estrés importante para la mayoría de los perros, los cuales mostraron altos niveles de estrés en todas las fases de dicha visita:
a) en la sala de espera,
b) en el momento de entrar a la consulta,
c) en la mesa de exploración,
d) cuando se les aproximaba el veterinario.
Este estudio también caracterizó algunos de los factores relacionados con el comportamiento de las personas y de los veterinarios que afectan a su vez al comportamiento de los perros y su estrés durante la revisión veterinaria.
El riesgo de tener problemas relacionados con estrés en la clínica veterinaria aumentaba si:
1) los perros no habían sido examinados por un veterinario desde su infancia,
2) los perros no aceptaban los tratamientos veterinarios por parte de las personas con las que convivían,
3) las personas que convivían con esos perros les habían reñido en caso de rechazar algún tipo de tratamiento veterinario.
Por otro lado, una adecuada gestión de la situación por parte del veterinario, respetando al perro y la comunicación canina, fue un factor positivamente relacionado con una mejor aceptación por parte de dicho perro hacia la inspección veterinaria.
En consecuencia, la PREVENCION parece ser la clave principal para reducir el estrés de los perros que le pueden suponer las visitas a la clínica veterinaria.
Véase: Mariti, C., L. Pierantoni, C. Sighieri & A. Gazzano (2017). «Guardians’ Perceptions of Dogs’ Welfare and Behaviors Related to Visiting the Veterinary Clinic.» Journal of Applied Animal Welfare Science 20(1): 24-33.
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día? Tenemos la tendencia inconsciente a humanizar a nuestros perros. Entre otros muchos aspectos, creemos que perciben el mundo como nosotros y que hablan y entienden el mismo lenguaje que nosotros. Hay muchas situaciones que a nosotros nos parecen tan normales que no nos paramos a pensar que quizás para nuestro perro pueden suponer un problema, a veces muy importante. También pasa a la inversa, hay situaciones o contextos que las personas no terminamos de entender cómo pueden hacer disfrutar a nuestro perro. Tal y como cuantifica y demuestra este estudio, el tema de las visitas a la clínica veterinaria es uno de esos ejemplos más frecuentes. Una clínica veterinaria es a priori, salvo excepciones, un ambiente "hostil" para un perro. Se trata de espacios reducidos, con olores muy fuertes y, sobre todo, donde le suelen hacer cosas que a la mayoría no les gustan, lo que no significa que no sean necesarias. Uno de los trabajos más importantes que te recomendamos hacer con tu perro, siempre que tu veterinario esté de acuerdo, es visitar la clínica con relativa frecuencia, con la intención no ya de hacerle nada a tu perro, sino simplemente estar allí, el tiempo que a tu perro le venga bien y tolere con comodidad, para que con el tiempo vaya entendiendo que no solamente es un lugar donde le suceden cosas negativas. Así que, manos a la obra, todos a HABITUAR a nuestros perros a las visitas a la clínica veterinaria.
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Es un tema importantísimo el que has tocado, lamento decir que mi segunda perra se niega a pasar por la acera de una de las clínicas veterinarias de la localidad… Clínica a la que llevábamos a nuestros animales desde siempre.
La otra perra en cambio y también «ha padecido» lo suyo, no tiene inconveniente.
Me puede gustar más o menos un profesional pero hoy por hoy demando que tenga conocimientos sobre lenguaje canino, miedo y estrés, y que por tanto respete a su paciente.
Y cuando encuentras esos profesionales, a mí, me merece la pena el desplazamiento sea una clínica veterinaria, sea una residencia canina o sea una peluquería canina.
Disfruto con la observación de perros y personas en mi día a día normal de persona con perros sensibilizada con el modo en que nos relacionamos con ellos. Y las clínicas veterinarias y peluquerías… son una fuente inagotable de aprendizaje.
Muchas gracias por compartir tu caso con nosotros, amarna. Efectivamente, cada perro gestiona las situaciones de estrés de una manera diferente. A veces, incluso, los que menos se expresan y tienen menos problemas aparentemente, son los que peor están. Dice mucho de ti que estés dispuesta a desplazarte para que tus perros estén más cómodos en la consulta. Si todos hiciéramos los mismos, la atención al lenguaje de nuestros perros se contemplaría como un factor tan importante como la patología a tratar. Enhorabuena por observar, es el mejor maestro canino. Gracias, amarna, un abrazo,
Yo lo tengo fácil! Mi veterinario viene a casa. Así evitamos estrés innecesario. Sólo hemos visitado la clínica para cirugías.
Es una estupenda solución MaJosé, sobre todo si tienes varios perros o uno o más de ellos con perros con miedos. Gracias por compartir este buen consejo. Un abrazo,