La publicación hace bastantes años del actualmente (muy) famoso libro de Turid Rugaas «El lenguaje de los perros: las señales de calma» supuso un antes y después en el conocimiento actual de la comunicación canina. A partir de ese momento, muchos profesionales del mundo canino cambiamos la forma de entender muchos de los comportamientos de los perros. Sin embargo, la comprobación científica de las espectaculares observaciones empíricas de Turid no ha sido iniciada hasta mucho tiempo después. ¿Te has preguntado alguna vez si se había comprobado metológicamente todo este conocimiento observacional? Descubre en este estudio la realidad científica de las «señales de calma».
Análisis de la comunicación visual intraespecífica en el perro doméstico (Canis familiaris): un estudio piloto sobre el caso de las señales de calma
El estudio de la comunicación de los perros domésticos es fundamental para entender mejor a esta especie.
El objetivo de este estudio fue realizar una evaluación científica acerca de si los comportamientos denominados «señales de calma» tienen realmente una función comunicativa y de calma (ejemplo, reduciendo la intensidad de los comportamientos agresivos de otro perro).
Para ello, se estudiaron 24 perros (12 hembras y 12 machos) que actuaron como «emisores» de las señales consideradas por Turid Rugaas como «Señales de Calma» (SCs).
El comportamiento de cada perro «emisor» fue analizado durante 4 encuentros de 5 minutos cada uno sin correa, en los cuales este perro se encontró con otros 4 tipos de perros diferentes, respectivamente:
1) un perro conocido del mismo sexo,
2) un perro desconocido del mismo sexo,
3) un perro conocido del sexo opuesto,
4) un perro desconocido del sexo opuesto.
También fueron analizados tanto la comunicación como la tendencia a comportamientos agresivos por parte del perro «receptor».
En total, se observaron 2.130 SCs, aunque algunos de los comportamientos fueron desarrollados más frecuentemente que otros, como fue el caso de girar la cabeza, lamerse la nariz, congelar el movimiento o darse la vuelta.
Se encontraron diferencias significativas que marcaron que era mucho más probable que las SCs fueran enviadas cuando los dos perros estaban interactuando que cuando no había interacción, lo que sugiere que estas señales tienen un evidente papel comunicativo.
El análisis reveló que un alto número de las señales fueron desarrolladas durante los encuentros entre perros desconocidos. Girar la cabeza, lamerse la nariz, congelar el movimiento, mostrarse más pequeño, así como levantar una pata se desarrollaron más frecuentemente por el «emisor» mientras interactuaba con perros desconocidos.
Por el contrario, lamer la boca del otro perro fue la señal más comúnmente desarrollada entre perros conocidos.
En total, se observaron 109 episodios de comportamientos agresivos por parte de los perros «receptores». Estos episodios agresivos nunca fueron precedidos por el desarrollo de una señal de calma por el otro perro.
En un 67% de los casos, al menos una SC fue desarrollada por el perro «mensajero» después de haber recibido un compotamiento agresivo por parte del perro «receptor». Se observó asímismo una reducción del comportamiento agresivo por parte del otro perro cuando las SCs fueron desarrolladas después de una interacción agresiva (en el 79,4% de los casos).
Estos resultados sugieren que las denominadas «señales de calma» (SCs) de hecho juegan un papel fundamental en la facilitación social y en la prevención de comportamientos agresivos.
Véase: Mariti, C., C. Falaschi, M. Zilocchi, J. Fatjo, C. Sighieri, A. Ogi & A. Gazzano (2017). «Analysis of the intraspecific visual communication in the domestic dog (Canis familiaris): A pilot study on the case of calming signals.» Journal of Veterinary Behavior-Clinical Applications and Research 18: 49-55.
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día? Las observaciones empíricas de un profesional de cualquier campo del conocimiento siempre son el punto de inicio para su contraste científico. Turid Rugaas, educadora canina noruega, ha sido un gran referente profesional para muchos de nosotros durante muchos años. Entre sus principales aportes al mundo del comportamiento canino y su aplicación práctica está el desarrollo del concepto de "Señales de Calma" (SCs). A raíz de la publicación de su libro y DVD "El lenguaje de los perros: las señales de calma" hemos sido una infinidad de profesionales del mundo canino los que hemos aplicado estos conceptos, de incalculable valor etológico. Sin embargo, la Etología (del griego «ηθος» ethos, costumbre, y «λóγος» logos, razonamiento, estudio, ciencia)) es una ciencia ("ciencia que estudia el comportamiento animal") y, en consecuencia, puede y debe usar el método científico para contrastar las observaciones empíricas. Este estudio contribuye a avanzar en el conocimiento científico de dichas señales de calma, demostrando que efectivamente tienen una utilidad social muy importante. Si aún no conoces este tipo de "señales de calma", no debes perder más tiempo para iniciarte en el apasionante mundo de la comunicación canina. "PODEMOS AMAR A NUESTROS PERROS DE MUCHAS FORMAS, PERO SOLO APRENDEREMOS REALMENTE A RESPETARLOS CUANDO CONSIGAMOS ENTENDERLOS COMO PERROS".
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Se puede hablar mucho de las señales de calma, pero ya que el artículo se enfoca desde un punto de vista científico creo que sería bueno matizar que el término correcto es señales de apaciguamiento. Señales de calma no es terminología científica.
Es normal que las señales de apaciguamiento se emitan cuando los perros interactúan y no cuando no lo hacen, ya que su finalidad es evitar los conflictos. Y éstos solo se pueden producir si hay una interacción 🙂
También es comprensible que se emitan más señales de apaciguamiento entre perros desconocidos porque es más probable una confrontación que entre perros conocidos. Y de hecho entre estos se emiten señales afiliativas (amistosas) como lamer la cara de forma más efusiva.
Es muy importante el aporte que hizo Turid Rugaas, pero hay que tener en cuenta que el término señales de calma no es correcto. Y por otro lado que en su libro se hacen afirmaciones que en la actualidad todavía no tiene validez científica.
Gracias por tu aporte, David, y por dedicar unos valiosos minutos a leer este post y darnos tu opinión al respecto, lo cual siempre nos agrada. En este post hemos traído un estudio científico publicado en abril de 2017 en una revista SCI con un factor de impacto de 1.366, con todos los pros y contras que ello conlleva. En este contexto, el uso del término «señales del calma» en nuestra publicación procede de una traducción literal del uso de «calming signals» en el texto original en inglés de dicho artículo. No obstante, bajo mi opinión lo más relevante no es qué adjetivo le ponemos, si no saber qué son y para qué sirven, que forman parte del objeto del estudio planteado. Muy de acuerdo contigo en que aún hay muchas afirmaciones sin validez científica en los conceptos de Turid Rugaas, lo que por otra parte no tiene que implicar necesariamente que sean erróneas, simplemente no están demostradas bajo el método científico (el cual, por otra parte, es muy valioso para nosotros). Gracias por abrir este debate tan interesante, siempre nos hacéis plantearnos muchas cosas.
Entiendo que utilices el término de señales de calma debido a la traducción. Lo único que quería señalar es que el término señales de apaciguamiento es poco usado pero es el correcto 😉
Dicho esto, el estudio es interesante para ser más conscientes acerca de la comunicación entre perros y de cómo se intentan evitar conflictos proactivamente.
Sí, efectivamente, David. Muchas veces admitimos como dogmas ciertas afirmaciones sin una base científica que las sustente, así que este tipo de estudios ayuda a dar aún más robustez a dichas observaciones, que por ser empíricas no significa que no tengan valor.