Frecuentemente, la Ansiedad por Separación Canina (ASC) se ha asociado a relaciones entre la persona y el perro basadas en el denominado hiperapego. En muchos casos, y desafortunadamente las consecuencias de esto lo hemos vivido muy de cerca, una de las pautas recomendadas para el tratamiento de la ASC ha sido «no prestar atención al perro». Descubre en este estudio por qué tener una relación especial con tu perro en realidad es más una ayuda que un perjuicio para el tratamiento de la ASC.
Influencia del tipo de vínculo con los «propietarios» y su personalidad en la ansiedad por separación canina de sus perros (Canis familiaris)
Estudios previos han sugerido que la actitud de los «propietarios» hacia los perros de la familia puede tener una estrecha relación con una amplia diversidad de problemas de conducta que pueden desarrollar dichos perros, de modo que los autores de este estudio asumen que los perros con Ansiedad por Separación Canina (ASC) se podrían relacionar con sus «propietarios» de manera diferente a como los perros sin este problema lo hacen.
En el presente estudio, los autores investigaron si 3 factores podrían determinar el desarrollo de ansiedad por separación en perros:
1) el tipo de vínculo con los «propietarios»,
2) determinados rasgos de personalidad de dichas personas,
3) la propia personalidad del perro.
Sobre la base de una encuesta vía internet, 1.508 personas que convivían con perros rellenaron 5 cuestionarios:
1) cuestionario demográfico,
2) cuestionario sobre comportamientos de separación (para determinar la ASC),
3) inventario de los 5 «grandes» de la persona(*)
4) inventario de los 5 «grandes» del perro(*),
5) tipo de vínculo con las personas.
Se demostró que la probabilidad de ansiedad por separación en el perro aumenta cuando nos encontramos con puntuaciones más altas para el parámetro «evitación del contacto» con las personas del núcleo familiar.
Los perros que obtuvieron mayor puntuación en la escala de neurosis fueron también más tendentes a desarrollar ansiedad por separación.
Estos resultados sugieren que evitar el contacto con los «propietarios» por parte de los perros puede facilitar el desarrollo de ASC en perros. Los autores del estudio asumen que los «propietarios» más evitados son menos responsables respecto a la satisfacción de las necesidades del perro y no proporcionan una base segura para dicho perro cuando éste la necesita. Como consecuencia, estos perros desarrollan una relación de inseguridad y son más tendentes a desarrollar ASC.
Véase: Konok, V., A. Kosztolanyi, Rainer, Wohlfarth, B. Mutschler, U. Halsband, A. Kosztolányi, A. Miklósi & J. Kaminski (2015). «Influence of Owners’ Attachment Style and Personality on Their Dogs’ (Canis familiaris) Separation-Related Disorder.» Plos One 10(2): 1-17.
(*) «Modelo de los 5 factores» o «Teoría de los 5 grandes»: 1) extroversión (asertivo, no reservado, sociable); 2) neurosis (ansioso, nervioso, depresivo); 3) simpatía (amable, cálido, confiable, cooperativo); 4) meticulosidad (persistente, auto-disciplinado), diligente, eficiente); 5) amplitud (original, creativo, curioso).
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día? Personalmente, creo que con la tradicional pauta para tratar la ASC de "ignorar al perro" lo que vamos a conseguir es incrementar el problema, básicamente por dos grandes razones: 1) la frustración que puede suponer para tu perro el sentirse ignorado; 2) el nefasto deterioro que supone para vuestra relación. ¿Te imaginas que cada día al llegar del trabajo tu pareja o familia no te saludara porque "te pones muy nervioso"? Bajo mi punto de vista, eso es matar moscas a cañonazos, sin considerar el coste emocional de algo tan poco natural para todos. Así que estudios como este son geniales porque a veces necesitamos que nos demuesten con números lo que el sentido común nos debería estar diciendo. ¿No crees que tener una relación especial con tu perro es algo maravilloso? ¿No crees que buscar la felicidad de tu perro es genial? Y yo me preguntaría por último: ¿no crees que favorecer la autoestima y la madurez de tu perro son mucho mejores tratamientos para la ASC que tratarlo como a un mueble más de la casa por si se piensa que es bueno demostrarte su amor? En la era de la información, la desinformación y la información de mala calidad también están con nosotros.
Si te ha gustado este artículo, y crees que con ello podemos aportar nuestro grano de arena para restaurar una parte de la felicidad de nuestros perros, por favor, compártelo.
Si tienes cualquier duda, sugerencia o simplemente quieres aportar tu opinión, dejanos un comentario más abajo, o bien en nuestro twitter @labrujulacanina, o en nuestra página de Facebook La Brújula Canina.
Me gustaría comentar muchos puntos de este artículo, pero voy a ir al grano 🙂
Están muy bien todos los nuevos estudios, pero el tema de la ansiedad es complejo ya que intervienen multitud de factores. La genética del perro y la tendencia a la inseguridad, sus experiencias pasadas, la relación que se establece entre perro y guía, la entropía, etc. Por tanto considero que hacer afirmaciones rotundas sobre este tema es peligroso.
Creo que habría que matizar mucho cuando se habla de evitar el contacto. Una cosa es no establecer relación con el perro en ciertos momentos y otra evitar el contacto (casi) totalmente durante la convivencia. Lo segundo lo considero peligroso, porque el perro al ser un animal social y gregario quiere establecer y tener una relación afectiva contigo.
Pero no hay que confundir las pautas de no hacer caso en momentos puntuales a evitar totalmente el contacto. Lo primero puede ser de ayuda, lo segundo puede anular la relación.
A ver si me animo y escribo sobre este tema en mi blog, porque tu artículo me ha dado algunas ideas interesantes. Creo que habría que hablar mucho del tipo de relación que se establece entre el
guía y el perro. Para mí es el punto más importante.
Muchas gracias por tu comentario, David Montero. Efectivamente, el tema de la ASC es muy complejo, con orígenes diversos y sobre el cual influyen efectivamente multitud de factores. En este estudio publicado no se hace referencia a evitar el contacto con el perro tú, sino a aquellas situaciones en las que el perro evita el contacto con la persona como consecuencia de una relación degradada. Discúlpanos si la redacción del mismo no favorece que esto se entienda así, a veces no es fácil traducir determinadas expresiones de los artículos originales (en inglés). Muy de acuerdo contigo es que es insano evitar el contacto con el perro e ignorarlo de una manera sistemática. Estupendo, cuando lo escribas, por favor, no dudes en informarnos, nos encantará leer otra opinión profesional. Gracias de nuevo, David,
Si el perro llega al punto de evitar el contacto de forma voluntaria algo va muy mal… No lo había entendido bien 🙂
Cuando tenga el artículo te aviso.
Un saludo.
Así es, David, una relación muy deteriorada, :). Estupendo, gracias, ¡nos dices!
Hola José Miguel,
acabo de publicar el artículo que te comenté sobre la ansiedad por separación.
Dejo el enlace por si a ti o a alguno de tus lectores les aporta valor:
http://www.conectaadiestramiento.com/ansiedad-separacion-problema-habitual/
Un saludo.
Muchas gracias, David, enhorabuena por el artículo, es muy interesante. Gracias por referenciar el estudio científico que sacamos en el blog sobre la ASC. Sin lugar a dudas, hay una gran diferencia entre una relación sana y una relación de dependencia o por el contrario una relación de total indiferencia. Muy buenas reflexiones, espero que lo lea mucha gente. Un abrazo,
Cuando nuestra braco de protectora llegó a nuestra casa lo hicimos todo como el culo, intentamos llevar a rajatabla un «manual» y unas recomendaciones totalmente inadecuadas para una perra con un estado emocional alterado por el abandono, el miedo de las calles, el estrés de la protectora… Y unos propietarios que no tenían ni idea.
Afloró el terror a quedarse sola (creo que incluso podría apuntar cual fue el detonante) en su más lamentable estado. Cuento muy brevemente mi experiencia porque a raíz de la otra entrada sobre el mismo tema me he visto muy reflejada en esos procesos que aportas.
Una primera etapa en la que yo estaba superada por esa situación y me sentía prisionera de la casa (no trabajaba fuera), también frustrada y culpable, pues si dejábamos sola a la perra era terrible (no entro en detalles, eso ya es pasado). Nos turnábamos para salir de casa mi pareja y yo y si salíamos juntos era los 3.
Una segunda etapa en la que tomo un poco de conciencia del problema y comienzo a trabajar con pequeños tiempos todos los días en diferentes momentos. Hacía el esfuerzo de cambiar mi emoción a la hora de salir de casa (sin culpa, sin frustración…etc). Recuerdo que al principio si incorporaba ignorar a la perra al llegar y pasar de ella en casa también (así nos recomendaron). Era un horror ser consciente de las rutinas (abrigo, calzado, bolso, llaves…, baño) y cambiar el orden para «despistarla» yo ya salía de los nervios, mi emoción tampoco era la adecuada. Fue una etapa muy larga y muy dura, ese plan era para terminar fatal y los avances iban muy lentos.
Una tercera etapa muy breve en la que se queda sola sin problemas y en la que utilizamos una «señal» indicadora. La caída del sol no la lleva bien si le pilla sola en casa y coincide con que incorporamos otra perra más joven. Sin pensar en el problema de «quedarse sola» puesto que no lo estaba, actuamos con naturalidad en todo momento, entradas, salidas, relación con ellas, etc. Estábamos más preocupados por los problemas de la perra nueva.
Una etapa en la que comenzamos a «entender» un poco a los perros y cambiamos muchas cosas en nuestro modo habitual de hacer las cosas del día a día, nos costó dejar de usar la «señal» que comenzó a ser un imperativo que nos agobiaba, si ya una vez fuera de casa recordábamos no haberla hecho…
Actualmente se mantiene cierta dificultad con la caída del sol, ambas llevan mal quedarse solas la una sin la otra, pero hemos comprobado en nuestras carnes y en nuestros nervios que la naturalidad, la seguridad, la confianza, la tranquilidad en casa y COMO ESTEMOS NOSOTROS han ganado a todas las técnicas probadas.
La prueba la tenemos cualquier día, si se sale de casa con prisas, nervioso, preocupado por algo, ellas se van hacia la puerta e incluso habrá algún ladrido o se irán a la ventana. Si salimos con calma, tranquilos, «ahora vengo guapas»… No se mueven del sofá.
Solo quería compartir por si puede ser de ayuda, pues convivir con un perro con este problema es realmente agotador, darse cuenta de la estrecha relación de como afectan nuestras emociones a nuestros perros me parece un buen paso para comenzar.
En primer lugar, amarna, hemos de darte unas infinitas gracias por el valioso tiempo que has dedicado a escribir tu comentario. También digno de generosidad el compartir tu complicado caso con nosotros. ¡Gracias! No podemos estar más de acuerdo contigo. A pesar que determinadas «pautas» pueden ayudar con el problema de ASC, sin lugar a dudas aspectos como la naturalidad o el hecho de quitarse de encima la culpabilidad son fundamentales para conseguir un perro más tranquilo en casa cuando está solo. Muchas de las pautas de ASC están basadas en conceptos del conductismo y en mecanismos de aprendizaje muy deterministas, de modo que, coincidiendo contigo, también considero que muchas veces no añaden más que más estrés y tensión a la situación, aparte de constituir una visión bastante simplista del concepto de «perro». Darte también la enhorabuena por la paciencia en el trabajo con el problema y por haber conseguido un avance y mejoría. ¡Cómo son estos bracos! Un abrazo fuerte, amarna