Tendemos a admitir como dogma universal que los perros son animales sociales, y aplicamos esto a absolutamente todos y cada uno de los perros que nos encontramos en nuestro a día a día. Esta afirmación la hacemos sin considerar la propia personalidad de ese perro en concreto ni las experiencias que haya vivido a lo largo de su vida y le hayan podido llevar a pensar que «socializar» no es tan interesante. Solamente cuando las personas aprendamos a respetar sus propias motivaciones, intereses y decisiones, podremos tener una relación de convivencia feliz. Decubre en este estudio el por qué ser o no social en los perros puede ser una cuestión de elección y no de oportunidad.
Ser o no ser social: asociaciones durante el basureo en perros callejeros dentro de un ecositema urbano
El amplio grupo de los cánidos muestra una gran diversidad en sus sistemas de organización social, desde individuos solitarios, a parejas, o manadas. Por esta razón ha sido extensamente usado para establecer modelos que permitan entender las dinámicas sociales en hábitats naturales.
Dentro de los cánidos, el perro puede mostrar varios niveles de organización social principalmente como consecuencia de la influencia de los seres humanos en sus vidas.
Aunque el perro es conocido como el «mejor amigo del hombre» y ha sido ampliamente estudiado como animal de compañía, son raros los estudios basados en la historia natural, ecología y comportamiento de los perros en un hábitat natural.
Es por ello que los autores de este estudio recogen en el mismo los resultados de un análisis extenso a nivel de población a través de censos puntuales en zonas urbanas de la India para tratar de entender las asociaciones entre individuos durante el basureo de los perros callejeros.
Para ello, se construyó un modelo para tratar de evaluar si los grupos de perros observados en la calle se podrían haber constituido a partir de asociaciones al azar mientras basureaban o no.
Los resultados del modelo muestran que los perros, como todos los carroñeros eficientes, pueden basurear individualmente, pero también forman aparentemente grupos al azar de individuos sin ningún tipo de relación cosanguínea.
Un análisis más detallado en la composición de los grupos, sin embargo, revela que las asociaciones de basureo no son eventos al azar. La tendencia de los adultos a asociarse con individuos del sexo opuesto en la estación de reproducción y la tendencia de los juveniles a permanecer cerca de los adultos en la estación no reproductiva conduce a la población hacia una agregación específica.
Por tanto, puede concluirse que ser social o no serlo es un aspecto de elección para los perros callejeros, y no un asunto de oportunidad.
Véase: Majumder, S. S., A. Bhadra, A. Ghosh, S. Mitra, D. Bhattacharjee, J. Chatterjee, A. K. Nandi & A. Bhadra (2014). «To be or not to be social: foraging associations of free-ranging dogs in an urban ecosystem.» Acta Ethologica 17(1): 1-8.
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día? Las generalizaciones nunca son buenas. Durante mucho tiempo, se ha admitido la idea de que los perros, por ser descendientes evolutivos de los lobos, automáticamente se convertían en animales sociales (por no hablar de la cuestión de si TODOS los lobos son sociales). Lo anterior es cierto y está más que demostrado científicamente. Sin embargo, la separación entre el animal salvaje (lobo) y el doméstico (perro) se empezó a producir hace muchos miles de años. En todo este tiempo, los perros se han debido separar cada vez más de sus antecesores genéticos. Parte de lo que es el lobo continua permaneciendo en el ADN del perro, pero algunas otras muchas cosas se han perdido como consecuencia del proceso de domesticación. Así que estudios como este demuestran que generalizar que los perros son animales sociales requiere realizar muchas matizaciones. Tanto por aspectos evolutivos (genéticos) como por las propias situaciones que han experimentado en su vida, hay perros que no tienen el interés por socializar que esperaríamos o desearíamos. Es decir, hay perros que prefieren llevar vidas más solitarias. Respetar el interés social de tu perro es FUNDAMENTAL si queremos tener una convivencia feliz. ESCÚCHA A TU PERRO y RESPETA su propia personalidad.
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