Para la mayoría de nosotros es relativamente fácil darse cuenta de que los perros huelen mucho mejor que los seres humanos. Lo complicado viene después, cuando uno intenta profundizar en el hecho de que nuestros mejores amigos viven en nuestro mismo mundo pero con una percepción del mismo en muchos casos completamente diferente. Oler es relajante para los perros, les ayuda a recuperar su autoestima, les aporta una información esencial sobre el lugar donde viven y sobre los demás perros, personas y otros animales que por allí pasan. Descubre con este artículo los beneficios del olfateo terapéutico y aprende los aspectos más importantes para desarrollarlo con tu perro.
«EL OLFATO CANINO Y SU USO TERAPEUTICO EN LA SOLUCION DE PROBLEMAS DE CONDUCTA»
«Únicamente asumiendo la importancia que para ellos representa el olfato podremos emplear dicho sentido para satisfacer sus necesidades y resolver así muchos de los problemas de conducta actuales de los perros».
Los seres humanos procedemos evolutivamente de los primates. Los primates redujeron sus estructuras olfativas debido a los ajustes posturales de la visión, como por ejemplo el desplazamiento de los ojos hacia el frente de la cabeza, lo que tuvo como resultado una reducción de la nariz y, por consiguiente, una disminución del tamaño del bulbo olfatorio. Esto viene a decir, en definitiva, que olemos bastante peor que algunas otras especies, como es el caso de los cánidos.
Sin embargo, en la naturaleza, la comunicación animal está en muchos casos basada en una gran cantidad de señales químicas (la mayoría emitidas de manera involuntaria) para enviar y recibir información sobre su conducta social, sexual y alimenticia. Nuestro problema es que los homínidos nos hemos desnaturalizado tanto que dicha capacidad se ha anquilosado tanto que ya prácticamente nos sirve para muy poco.
«De todos es sabido que el olfato de los perros es mucho mejor que el del ser humano, eso es algo más que comprobado en infinidad de estudios. Sin embargo, pocas veces somos realmente conscientes de hasta qué punto son capaces de oler mejor que nosotros».
Los perros presentan varias adaptaciones que les permiten disfrutar de un olfato prodigioso (de un olfato entre 10 mil y 100 mil veces más potente que el de un ser humano):
- tienen aproximadamente 50 veces más receptores olfativos en la nariz.
- el área cerebral dedicada al olfato es 40 veces mayor en los cánidos.
- en su nariz el aire inhalado y exhalado no se mezcla, pudiéndose identificar de forma mucho más clara las diferentes moléculas responsables de los olores que vienen en el aire inhalado.
«Hasta hace no muchos años, la mayoría de las ideas sobre cómo los perros percibían el mundo eran meramente especulativas».
Afortunadamente, la ciencia nos está permitiendo hoy día conocer más y mejor sobre la manera en la que los perros perciben el mundo. Alexandra Horowitz, en su libro «En la mente de un perro. Lo que los perros ven, huelen y saben», nos aporta una visión muy rigurosa y actual de la manera en la que los perros reciben la información del exterior. Puedes ver un resumen en el siguiente vídeo:
«Bajo mi punto de vista, ver a un perro debería ser sinónimo de ver una nariz andante, y así, y solo así, podríamos empezar a cambiar nuestra manera de sentir cómo perciben el mundo y de esa manera iniciar el camino para entenderlos».
Todo lo anterior nos debe llevar a una reflexión: la percepción del mundo es muy diferente entre ambas especies (humana y canina) y, en consecuencia, la manera en la que actúan, el por qué hacen lo que hacen o el cómo se comunican con el resto del mundo sigue unos patrones completamente distintos a los nuestros. Estoy convencido que muchos de los problemas de conducta de nuestros perros tienen su raíz en la incapacidad para entender lo que les está pasando a su alrededor, y en gran parte esto procede de su manera olfativa de entender el mundo.
Los perros que no pueden oler el trasero a otros perros tienen problemas. Los perros que no pueden oler los mensajes en forma de pis de otros perros tienen problemas. Los perros que no pueden tomarse el tiempo que necesitan para oler (y así entender) su entorno, tienen problemas. Los perros que detectan el olor de perros o personas nerviosos o miedosos pueden llegar a ladrarles o incluso a morderles, así que tendrán problemas.
«Los perros sacan la mayor parte de la información sobre el entorno del olfato. Si los seres humanos no somos capaces de entender esto, ¿cómo vamos a poder permitirles entender a ellos su mundo? Difícilmente cabe en ese contexto el concepto de empatía»
Haciendo autocrítica de la ciencia (pues soy científico «de deformación»), muchos de los estudios científicos, así como no obstante también muchas de las pautas de los profesionales caninos, relacionados con problemas de conducta y su potencial solución se centran en aspectos visuales. La mayoría de las propuestas de condicionamiento, sea clásico u operante, se basan en percepciones visuales del problema. ¿Cómo podemos ayudarles si realmente estamos en universos paralelos? Como mínimo, siendo comprensivos y asumiendo que tenemos percepciones muy diferentes del entorno.
Muchos hemos contado ovejas en noches de insomnio para relajarnos. Estoy convencido de que la mayoría contábamos imágenes visuales de las ovejas, pero muy pocos, por no decir ninguno, contábamos olores de las ovejas.
«Para un perro, «contar» olores debe ser tan relajante como para nosotros contar imágenes de ovejas en noches de insomnio».
Y, por supuesto, realizar este tipo de ejercicios en la realidad de cada paseo diario, es una manera muy grata de poder desconectar de la ingente cantidad de información visual que reciben. Formas, colores, olores, movimientos,… tal cantidad de elementos antinaturales para ellos, tan difíciles de entender, que provocan que muchos colapsen. Algunos de estos perros colapsados se quedan temporal o permanentemente bloqueados. Son esos que, sin ningún problema aparente, detrás de esa «armadura» esconden todo. Algunos otros perros comienzan a mostrar problemas de reactividad, agresión o miedos ante la falta de capacidad de entender su mundo como consecuencia de dejar de oler.
«Por supuesto, los excesos pocas veces son buenos, así que tan malo es oler poco como oler demasiado»
Muchos perros deciden que es mejor emplear la estrategia del avestruz: no levantar la cabeza del suelo para no ver la realidad que les está esperando ahí fuera. Incluso podrán llegar a pensar «si no te veo, tú (problema) tampoco me ves». Otros, por el contrario, son incapaces de bajar la trufa y concentrarse en hacer algo de perros porque están demasiado alerta como para permitirse mostrarse vulnerables al no ver al «enemigo».
«Es un hecho que hoy en día muchos perros realizan suficiente ejercicio físico, pero a muy pocos de esos se les permite desarrollar adecuadamente una estimulación mental a través de sus capacidades innatas (cognitivas)».
Acorde a la vida de la sociedad actual, muchas de las actividades que llevamos a cabo con nuestros perros son deficitarias de calma y concentración, y por el contrario llevan una buena carga excedente de estrés. Desde luego, en mi opinión, para un mundo esencialmente antrópico, y, por tanto, visual, y como en la mayoría de los casos, en el término medio está la virtud.
Por tanto, la realización de ejercicios de olfato puede y debe ser muy recomendable como una actividad más a integrar dentro de los planes de modificación de conducta de la mayoría de los perros. Si tu perro presenta algún problema de conducta (y si no también) deberías contemplar la opción de incluir este tipo de actividades en vuestro tiempo juntos diario.
¿Cómo debo realizar estos ejercicios de olfato?
El planteamiento de base es muy sencillo: aprovechamos algo que le interese al perro o que podamos llegar a hacer que le interese (mejor lo primero si estamos hablando de modificación de conducta) y provocamos la situación adecuada para que lo busque.
Los perros pueden usar los sentidos de la vista, el oído o el olfato para «jugar a cazar» (o en algunos casos, para cazar). En general, los recursos más rentables desde el punto de vista de la economía energética son aquellos que están más cerca, lo que quiere decir que están al alcance de la vista, dentro del campo visual. Si los alimentos no están visibles, entonces el perro escuchará por si pudiera oír a su posible «presa». Tan solo si ninguno de estos sentidos le permite dar con la «comida», entonces el perro pondrá el sistema olfativo en marcha. Para empezar olfateará el aire (venteará) en busca de alguna información. La última elección para conseguir completar la cesta de la compra es pegar la nariz al suelo y olisquear en busca de un rastro.
Ten muy presente el párrafo anterior cuando planifiques tus sesiones de olfato. Las primeras sesiones deberán de estar basadas en la visión (tu perro debería verte esconder o lanzar el premio), las siguientes en el oído y, finalmente, nuestro perro estará en disposición de buscar sin ver ni oír.
Después de que tu perro deja de usar la vista, puedes ver cómo hacer en este vídeo:
¿Qué debo de tener en cuenta a la hora de diseñar un ejercicio de olfato?
1) Tiempo de búsqueda.
No todos los perros tienen la misma capacidad de concentración. Los perros que están empezando serán capaces de permanecer concentrados durante menos tiempo, pues aún les supone un esfuerzo extra, al igual que los perros nerviosos, miedosos o estresados. Por supuesto, hay razas que están predeterminadas para ser capaces de buscar durante horas si les ofreces aquello que les interesa, pero al margen de ello, todos son perros, y todos deberían ser capaces de buscar.
2) ¿Qué busca el perro?
Aunque parece algo de sentido común, muchas veces termina no siéndolo. El grado de interés del perro por lo que busca es esencial, especialmente en las primeras etapas del aprendizaje, cuando el perro aún está aprendiendo a buscar. En esto, es fundamental tener en cuenta que el interés que siente el perro por «eso» no está siempre relacionado con el valor que le damos nosotros, por ejemplo, con su precio en tienda.
¿Qué puede buscar un perro?
- Comida/Premios: son pocos los perros que no presentan un interés por algún tipo de comida o premio. Esto no significa que a todos les guste todo, de modo que es importante que conozcas a tu perro. Los profesionales utilizan lo que se llaman «termómetros de preferencias», según los cuales a través de un test determinan cuáles son los premios o comida que ese perro en concreto valora más.
- Olores interesantes: muchos perros sienten un interés innato por determinados olores, como por ejemplo algunos tipos de plantas.
- Olores condicionados para ser interesantes: lo que significa que para ese perro originalmente no era un olor tan llamativo, pero que por condicionamiento clásico podemos «convencerlo» de que es algo interesante.
- Personas: por ejemplo, a través del juego del escondite con uno de sus guías caninos, un muy buen ejercicio para además evitar tener que usar en exceso la denominada comúnmente «llamada». En su disciplina deportiva, este tipo de actividad se conoce como Mantrainling.
- Juguetes/Objetos: como mordedores, o peluches. Algunos perros están aún más motivados a buscar determinados objetos que comida. En este sentido, es importante señalar que debemos de cuidar que nuestro perro no se obsesione con dichos objetos. Bajo nuestra opinión, es más natural para un perro buscar comida que buscar un mordedor.
- Otros perros: los perros que tienen una buena relación social se sentirán muy motivados a buscar a uno de estos amigos caninos.
3) Entorno donde se realiza la búsqueda.
Es muy importante tener en cuenta que el entorno donde el perro va a realizar la búsqueda debe ser adecuado para él. Los perros con mucho miedo a los coches no podrán buscar en una avenida transitada. Los perros con un gran instinto de caza es probable que no sientan interés por un trozo de salchicha si pueden ir detrás de algún conejo. Valora los intereses de tu perro y las situaciones en las cuales puede sentirse interesado por ello.
4) ¿Suelto o atado?
No siempre es posible realizar estos ejercicios con tu perro libre de la correa, pero en todas aquellas ocasiones que sea viable, os lo recomendamos. La sensación de libertad y de poder tomar sus propia decisiones seguramente están al nivel de la propia búsqueda en cuanto a generación de bienestar. No obstante, no es un criterio esencial. Si por cualquier razón consideras que tu perro no está preparado para hacer un ejercicio de este tipo sin correa, es preferible que le ofrezcas la oportunidad de hacerlo, aunque sea atado.
5) Condiciones meteorológicas.
El excesivo calor o frío, la lluvia, las tormentas,… pueden provocar que tu perro no tenga interés por realizar en ese momento un ejercicio de olfato. Respeta esta decisión, pues carece de sentido que estés realizando una actividad para relajar a tu perro en unas condiciones en las que hacerlo lo estarían estresando.
6) ¿Solo o acompañado?
Realizar una búsqueda con otro perro puede llegar a ser muy estresante para determinados perros, por lo que lejos de conseguir el efecto relajante dentro del plan de modificación de conducta, encontrarás que tu perro se muestra aún más nervioso. Por otro lado, algunos perros se sienten más cómodos en determinadas situaciones si hay algún amigo canino presente que le muestre que no es un entorno problemático y le reafirme lo bien que se lo van a pasar buscando.
7) Venteo o rastreo.
Se suele hablar de que los perros «buscan» mediante dos opciones: el venteo (olfateo al aire) y el rastreo (olfateo del rastro del suelo). Es importante que conozcas qué tipo de olfateo prefiere tu perro, pues pueden aburrirse si insistes en alguna de las opciones que no es su favorita. Recuerda que algunos perros se sienten cómodos con ambas modalidades, pero no siempre esto es así.
8) Nivel de exigencia.
Es fundamental tener en mente que el nivel de exigencia para el perro del ejercicio de olfato debe estar acorde a la capacidad que tiene tu perro para gestionar. A nadie le gusta que le pongan un examen sobre algo que no tiene capacidad actualmente para superar, aunque sepas que estudiando mucho lo podrás superar algún día. La frustración es un enemigo cruel de la autoestima, la falta de la cual está íntimamente relacionada con muchos de los problemas de conducta de los perros. Empieza con ejercicios muy sencillos y asequibles para tu perro, y ve subiendo el nivel de dificultad a medida que él vaya avanzando, de esa manera nunca dejaréis de aburriros y su autoestima será cada vez mejor, lo cual sin lugar a dudas redundará en una reducción de muchos de los problemas de conducta.
9) «Intensidad» del olor.
Aunque sea un olor que le motive buscar, debemos de tener en cuenta que la «cantidad» de olor sea suficiente para que el perro pueda sentir ese interés. Si a nuestro perro le gusta buscar aceite de trufa (es el caso de nuestra Leela) pero colocas demasiada poca «esencia», es fácil que, si cualquiera de los otros factores se pone «en contra», la búsqueda pierda interés y, con ello, se pierda el beneficio como ejercicio de relajación.
Finalmente, en una modalidad sencilla, podrás jugar con tu perro a algo como esto:
Una buena manera de integrar los ejercicios de olfato en vuestra rutina diaria es la realización en el paseo cotidiano de lo que hemos denominado «estaciones de descanso». Si tienes un perro que lo pasa mal durante el paseo, párate en un lugar tranquilo a mitad de tiempo y realiza uno de estos ejercicios de olfato, verás que tu perro se relaja considerablemente, y entonces, una vez bajado parcialmente el pico de estrés agudo sufrido, es momento para continuar paseando.
¿Cómo puedes aplicar esto en tu día a día?
Muchos de los perros de hoy en día presentan problemas de conducta (agresividad, ladridos excesivos o incoherentes, ansiedad por separación, miedos,...) que pueden y deben tratarse, preferiblemente con la ayuda de un profesional.
El uso de ejercicios específicos de olfato presenta grandes beneficios para este tipo de perros (en general, para cualquiera), de modo que toda terapia de modificación de conducta debería incluirlos dentro de su planificación.
Os animamos a todos a que probéis los magníficos resultados de las terapias olfativas.
Aunque hemos realizado un esfuerzo grande para tratar de condensar la mucha información que puedes encontrar relativa a este tema del olfato que tanto nos apasiona, somos conscientes de que después de este post aún quedan muchos aspectos por profundizar. Si estás interesado en profundizar sobre este tema, te recomendamos las siguientes lecturas, todas ellas de fácil adquisición:
- «En la mente de un perro». Alexandra Horowitz. Editorial RBA.
- «El reino de los sentidos». Anne Lill. Editorial KNS.
- «Colores en el viento». Jaime (Santi) Vidal. Editorial KNS.
- “Juegos de olfato y rastreo. Diversión para tu perro”. Kristina Falke. Editorial Hispano Europea.
¿Y tu perro? ¿Usa el olfato correctamente? ¿Tiene algún problema de conducta? ¿Crees que podrías incorporar los ejercicios de olfato como terapia? ¡Cuéntanoslo!
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Me parece muy interesante este articulo es justo lo que estaba buscando creo que con esto me he podido dar una idea de como empezar a trabajar la terapia olfativa, para planear el proceso de rehabilitación de uno de mis perros.
Desde hace poco tiempo sigo tu trabajo creo que es excelente en hora buena por compartir, saludos desde México
Y como lo escuche hace poco las personas que realmente saben comparten.
Hola, Fabiola, muchas gracias por tus amables palabras hacia nuestro trabajo. Es mangífico que te resulte interesante nuestro post sobre el olfateo canino, ojalá que te sirva para ponerlo en práctica. Si necesitas cualquier cosa, no dudes en decirnos. Un abrazote desde España,
buenos días,
me parece muy interesante tu articulo, me gustaría alguna orientación sobre juegos de olfato, yo tengo una alfombra y le escondo entre las entretelas hechas adrede para jugar a encontrar chuches pero me gustaría saber que hacer más.
gracias
saludos
Hola, Susana. Tienes algunos libros publicados sobre juegos de olfato que te pueden servir de iniciación. Uno de los más interesantes, podría ser éste: http://www.knsediciones.com/es/kns-catalogo/1225-el-reino-de-los-sentidos.html. Si necesitas algo más, por favor, no dudes en decirnos. Gracias y enhorabuena por tu interés
La hiperexcitabilidad de mi boxer la controlo mejor con ejercicios de olfateo durante los paseos. Duerme mejor y está más feliz y menos estresado que jugando a correr y traer las pelota. Un estupendo artículo. Gracias
Muchas gracias por compartir vuestra experiencia, José. No podemos estar más de acuerdo con tu forma de gestionarlo. Enhorabuena por darle algo que hacer tranquilo y muy «canino». Un abrazo
Cómo siempre un excelente artículo. Intento desde mi ignorancia hacer ejercicios de olfato con mis perros todos los días.
Me encanta «la brújula canina». Es, para mí, de gran ayuda todos los consejos y artículos. Muchas gracias. Un saludo
Muchas gracias, Gloria. Un placer poder ofrecerte contenidos que te resulten de ayuda. Si haces ejercicios de olfato con frecuencia y te fijas bien, acabarás dándote cuenta qué les beneficia y qué no, de modo que seguro que «tu ignorancia» tiene muy buena base. Enhorabuena y gracias de nuevo, 🙂