Todos conocemos a alguien o tenemos algún amigo (humano) que siempre que hay una discusión aporta «buen rollo» y trata de apaciguar la situación. En el mundo canino esto también existe, con la diferencia de que no son personas, si no perros, por lo que hacen las cosas a su manera. A este tipo de perros podemos llamarlos «perros solidarios socialmente».
«LOS GRANDES INCOMPRENDIDOS: PERROS SOLIDARIOS SOCIALMENTE, LOS SUPUESTOS AGRESIVOS».
¿Qué es un perro solidario socialmente?
Bajo nuestra propia definición, los «perros solidarios socialmente» podrían definirse como «aquellos perros que muestran una intensa afiliación al grupo social al que pertenecen (familia, amigos) o, puntualmente, en los casos más extremos, a un grupo social en el que se encuentran en un momento determinado». Dicho en otras palabras, los perros solidarios socialmente son perros con un concepto de grupo tan intensamente arraigado en su conducta que les hace ser muy participativos en la resolución de conflictos dentro de un grupo de perros y/o personas determinado.
«Para ellos, lo importante es que el grupo funcione correctamente, de tal modo que los intereses individuales pueden y deben ser puestos en un segundo plano».
¿Cuáles son las principales características de los perros solidarios socialmente?
- Se trata de perros con un gran concepto de grupo social.
- Se trata de perros denominados «mediadores», que pocas veces inician un conflicto pero que intervienen en ellos para tratar de solucionarlos.
- Se trata de perros con un alto control sobre sus actos, en especial con un enorme control de su boca. El objetivo de sus intervenciones no es dañar, sino justamente lo contrario, evitar que otros miembros del grupo resulten dañados.
- Se trata de perros a los que se les ha permitido tomar decisiones por sí mismos a lo largo de su vida, de manera que ante una situación de conflicto no necesitan ni esperan que sus compañeros humanos les autoricen para participar en su resolución.
- Se trata de perros cuya autoestima no está dañada por la manera en la que las personas lo han tratado.
- Se trata de perros que entienden y emplean a la perfección la comunicación canina. Esto lo llevan en muchas ocasiones al extremo, pues implica que esperan de los seres humanos una comunicación asimismo canina.
Se trata de perros generalmente poco o nada rencorosos, que pueden participar en un conflicto para solucionar una situación puntual pero después sobrellevar una relación perfectamente amistosa con esos otros miembros del núcleo social.
¿Qué NO es un perro solidario socialmente?
- Los perros con tan poca autoestima que hacen lo que hacen o mandan los demás, perros con poca individualidad. Éstos son perros que no toman la iniciativa de nada, que tienen miedo de iniciar cualquier cosa por sí mismos, aunque muchas veces ocultan ese temor bajo la coraza de una teatralizada valentía.
- Los perros que sin una razón justificada desde un punto de vista CANINO, inician o provocan un conflicto o una pelea. Los perros solidarios socialmente rara vez ocasionan el comienzo de un conflicto. Esto no quiere decir que no se enfaden o que no riñan con otros perros, pero en general estas situaciones se producen bajo un contexto suficientemente justificado, por lo que entienden que el perro o la persona con la que están interactuando han sobrepasado los límites. Generalmente, dicha situación no se agrava más allá de ello, salvo con determinados perros muy sobrepasados de estrés.
- Perros que dañan a otros, aún incluso en una intervención justificada. En general, los perros solidarios socialmente tienen tal nivel de compromiso con el grupo que son capaces de mantener los nervios de acero (y la boca) incluso en situaciones de elevada tensión. No obstante, no debemos olvidar que siguen siendo perros, y todos tenemos un umbral de tolerancia, superado el cual la excitación derivada puede llevarnos a actuar de una manera desproporcionada.
- Por supuesto, no deberíamos confundir a perros con este perfil solidario socialmente con aquellos que tienen determinados tipos de problemas de conducta, principalmente con lo que se había venido denominando como «complejo de control». Se trata de perros cuya inseguridad o miedos les hacen tratar de controlar todo lo que ocurre a su alrededor, lo cual además de imposible es terriblemente estresante.
¿El perro solidario socialmente nace o se hace?
No nos cabe duda que una parte importante de un perro socialmente solidario viene de nacimiento con la propia genética del perro. Al igual que hay personas más implicadas socialmente que otras, en los perros necesariamente esto también creemos que ha de suceder así.
No obstante, la manera en la que ese perro crece, sus experiencias vitales, pueden llegar a ser decisivas para que desarrolle y termine por exteriorizar este tipo de conductas solidarias socialmente.
¿Puede un perro solidario socialmente dejar de serlo?
Todo aquel componente de este rasgo funcional relacionado con la solidaridad social que proviene de la genética difícilmente puede desaparecer, a lo sumo puede quedar enmascarado. Para aquellos perros en los que dicho componente genético sea muy intenso, hagamos lo que hagamos, el perro seguirá siendo igual o prácticamente igual durante toda su vida, aunque obviamente la edad a todos nos cambia. Está en su código genético, y no hay manera, ni aún deseándolo el propio perro, de ser de otra manera. Para este tipo de perros, el mero intento de desviarlo hacia ser otra cosa, origina mucha frustración e infelicidad en este tipo de perros.
Sin embargo, en aquellos casos en los que este componente genético no sea tan fuerte, o en aquellos casos en los que el entorno donde el perro se desarrolló sea tan limitante como para no permitirlo, los perros que anteriormente mostraban una tendencia a esa solidaridad social pueden dejar de mostrarla. Prolongados periodos sin socialización, aplicación de métodos aversivos para evitar sus intervenciones, temporadas de estrés muy intenso o prolongado,… pueden provocar que estos perros menos predispuestos genéticamente puedan perder su necesidad de intervención ante situaciones que interpretan como «poco caninas».
¿Por qué se pueden llegar a etiquetar como agresivos los perros solidarios socialmente?
Los criterios caninos para hacer o deshacer las cosas no son en muchos casos similares a los criterios humanos. Cuanto antes nos demos cuenta de ello, antes podremos empatizar con nuestros perros (y los ajenos) y llegar a lograr una vida feliz en común.
«La forma de vida humana, cada vez más alejada de la naturaleza y, por ende, de los animales, así como el narcisismo antrópico nos están llevando a creer que las normas sociales de los perros se rigen por los mismos criterios que las de los seres humanos».
Nada más lejos de la realidad. Los perros son perros y no pequeños humanos peludos de cuatro patas. Estoy convencido de que compartimos la mayoría (si no todas) las emociones y sentimientos, pero nuestras habilidades cognitivas (el cómo percibimos y entendemos nuestro entorno) y sociales respecto a las de ellos están alejadas en más de un abismo.
Muchos perros solidarios socialmente son etiquetados de agresivos por gruñir a otros perros, lo cual forma parte de su protocolo natural de comunicación como herramienta para evitar conflictos mayores. Muchos otros de estos perros son estigmatizados a raíz de su intervención para separar un conflicto, con frecuencia conflictos que no les implicaban de una manera directa. Algunos otros tratan de enseñar modales caninos a otros perros en correa, pero son ellos los que reciben una «corrección» por nuestra parte…
«Parte del problema radica en que los seres humanos estamos perdiendo la capacidad para escuchar a todos aquellos de nuestro alrededor, para pasar a escuchar tan solo lo que nos pasa a nosotros mismos. Cuando hablamos de entenderse dos especies distintas, como perro y humano, el resultado es catastrófico».
La comunicación canina incluye determinadas formas que anteriormente eran permitidas, pero que a los seres humanos no nos gustan actualmente.
«Los perros solidarios socialmente con frecuencia encuentran ese «choque de culturas» entre la forma de hacer las cosas en el mundo canino y en el humano».
Por ejemplo, la forma antinatural de caminar que tienen los perros cuando van en correa suele desatar muchos conflictos. Con frecuencia, los perros solidarios socialmente identifican problemas en esa manera de caminar poco o nada natural, lo cual, sumado a una aproximación rápida y frontal, encienden las luces de alarma que indican la necesidad de intervención. De ahí que muchos perros solidarios socialmente muestren problemas con la correa. Podemos y debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para hacer entender a estos perros que dicha situación ya no supone un problema, pero aquellos perros genéticamente «demasiado solidarios» difícilmente lo entenderán.
Algo similar ocurre para los acercamientos de personas desconocidas. Los protocolos sociales de estos perros son «tan caninos» que la manera en la que saludan muchas personas les resulta maleducada, si no agresiva.
«¿Podemos «convencer» a estos perros de que esas personas no pretenden hacerles nada? Seguramente con la mayoría sí, pero el resto serán etiquetados de agresivos».
Para nosotros, los perros solidarios socialmente son perros comprometidos, que se atreven a tener iniciativa y a tratar de solucionar las situaciones que entienden son un problema. Sin embargo, estos perros no lo tienen fácil en la sociedad actual. Lejos de ser reconocida su generosa implicación social, muchos de ellos llevan vidas de aislamiento, condenados a su propia pesadilla por culpa de aquellos humanos que no los entiende. Sin embargo, su valor como individuos a integrar en el trabajo de grupos sociales es incalculable.
«Personalmente, para mi es enormemente tranquilizador saber que en un grupo social determinado hay al menos uno de ellos, puesto que ello será indicio probablemente de ausencia de problemas».
Con este post nos gustaría dar nuestro apoyo públicamente a todos esos perros solidarios socialmente que son incomprendidos. Estamos convencidos de la frustración que debe generar para estos perros sentir la necesidad de mediar o intervenir en situaciones que para nosotros pueden parecer normales pero que ellos, desde una perspectiva canina, sienten que hay algo que solucionar.
Asimismo, nos gustaría agradecer a todos esos perros solidarios socialmente que «trabajan» integrados en grupos de socialización, tanto profesionales como en todos aquellos parques o jardines públicos o privados en los que están presentes, sin cuya altruista actuación las cosas no serían tan cómodas para el resto.
«Ojalá todos esos perros sepan algún día que los seres humanos nos estamos dando cuenta de su sacrificada labor».
Toda la información de este post proviene de nuestra propia experiencia con perros. Desgraciadamente, existe poca información relativa al concepto de perros solidarios socialmente. ¿Te gustaría ayudarnos a completar esta información? Si es así, por favor, no dudes y escríbenos a info@labrujulacanina.com.
¿Has leído este artículo y crees que puedes tener un perro solidario socialmente? ¿Tienes un perro del que siempre has sido consciente de sus habilidades sociales aunque el resto de personas a tu alrededor no podían verlo? ¡Cuéntanoslo!
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Hola!! Tengo un pastor alemán (leo)q es tal y como se describe en el artículo. Es más, en el grupo de perros con quien solemos pasear ( unos 10 perros) nos dimos cuenta desde el primer momento ( le adoptamos con 2 años) q era así. le llamamos el abuelo cebolleta, el profesor… porque siempre está mediando y enseñando a comportarse a otros perros. no sabíamos describirlo como era su comportamiento , pero en este artículo lo habéis relatado perfectamente.
Hola, Miren, muchas gracias por compartir vuestra experiencia con Leo con nosotros. Es estupendo poder observar estos rasgos de personalidad de algunos perros y poder respetarlos, porque en muchos casos se trata de inhibir un comportamiento que en realidad está inserto en su código más interno como «perro solidario socialmente». Ahora tan sólo quedar disfrutar con y de él. Un abrazo, Miren
Increible este post… Hace 5 años que mi perra Negri murió, una cruce de rotty con la que tuve el placer de compartir 13 años. Me equivoqué en muchas cosas con su educación, ahora estoy segura de ello, pero ella era mucho mejor que yo y tenía muy claro que había cosas que no iba a cambiar. Siempre fue la arregla problemas del parque, si había disputa entre perros, aunque fueran desconocidos, allí iba ella y muy pronto acababa con el jaleo. No todo el mundo comprendía su forma de actuar, pero yo adoraba eso de ella pese a que a veces intentara frenarla por miedo a que la catalogasen de agresiva y más perteneciendo a una de esas razas “malditas”. Ojalá siguiera aquí ahora, la entendería mucho mejor y la haría mucho más feliz.
Ahora tengo 4 perros y 1 en acogida. Creo que he empezado a cambiar mi forma de verlos y de interactuar con ellos. El acogido que lleva con nosotros unos meses y lo encontramos con apenas 6 meses, está siendo educado de forma respetuosa y creo que será muy feliz.
Gracias por compartir toda esta información porque vais a hacer felices a muchos más perros y humanos.
Muchas gracias, Laura, por compartir tu experiencia con nosotros. Desgraciadamente, no siempre entendemos las necesidades de nuestros compañeros caninos. Este hecho suele derivar en la imposibilidad de respetar su propia personalidad única y sus necesidades como perro y no como humano. Afortunadamente, aún hay muchas personas que son capaces de empatizar con sus perros, como fue tu caso, y pueden permitir una convivencia más feliz pese a la tan frecuente y a la vez dañina presión social. Enhorabuena por tu generosidad con todos esos perros, son muy afortundados de convivir con alguien que quiere aprender con y de ellos, pues esa es la base real de una relación feliz. Gracias a ti por tu confianza en nuestro trabajo, Laura.
Que post tan bueno! Pues creo que mi perra, boxer de 3 añitos ya (como pasa el tiempo y como se ha hecho de mayor) encaja perfectamente en el perfil. Pero a diferencia de muchos otros perretes como decís en el artículo, ella es altamente comprendida y querida en su pandi perruna y conocida en toda el parque por su gran carácter, capaz de apaciguar cualquier conflicto en la manada, evitando problemas y lo más importante de todo, enseñando a los pequeños de la pandilla (les enseña de todo, a jugar, aprender a morder, aprender a no gruñir y sobrepasarse con otros perros, no pelear por pelotas o palos…). Con perros desconocidos puede tener dos reacciones, o no les deja acercarse a la manada o los pone firmes si vienen con ganas d guerra y luego ya les deja entrar.
Cuida mucho de los suyos. Y también de su familia humana 🙂 no se pone agresiva con personas desconocidas, pero si se huele algo raro se pone entre ellos y nosotros.
Es una perra muy social y muy equilibrada!
Muchas gracias por tu comentario, Rakel, es un placer que te haya gustado este post. Gracias también por compartir la historia de tu perrita, nos encanta que haya personas como tú que son capaces de ver tantas cosas del comportamiento de su perro. Para poder atender sus necesidades correctamente es necesario conocerlos. Nos alegramos mucho de que disfrutéis la una de la otra. Y, efectivamente, no hay nada mejor que un perro con habilidades sociales para educar a otros perros. Las personas no somos tan eficaces en enseñar algunas cosas que nuestro perro necesita en su vida diaria. De nuevo, gracias, Rakel,
Yo tuve un perro (husky) que podría encajar en este perfil, pero era, a mí juicio, un pacificador con otras las letras. Era mi primer perro, y creía que su conducta era la normal en cualquier perro, ¡¡qué equivocada estaba¡¡. Cuando había un conflicto entre otros perros, generalmente machos de gran talla, se metía sistemáticamente entre ambos. Nunca saco los dientes, nunca gruñó, jamás hizo una sola seña de «amenaza» o «agresividad». Y estuve tiempo convencida de que un día «le engancharían uno por cada lado y me quedaría sin perro». Nunca ocurrió. Siempre bloqueo la pelea antes de que pasara. Interrumpía las discusiones antes de que fueran a mayores. Y lo mejor: era el mejor amigo (a menudo el único) de los «matones» de la ciudad. Perros enormes y que se llevaban mal con todos los perros, excepto con el mío. En una ocasión, un pastor alemán que no toleraba a otros perros le hizo daño jugando. Mi perro se enfadó, y lo demostró simplemente tumbándose y negándose a jugar. A mí los intentos del pastor de reanudar el juego me parecían cómicos: le traía juguetes y palos y se los dejaba delante. A la dueña, simplemente, le dejaban con la boca abierta, «podría matar a otro perro que intentara quedarse con su pelota o su palo». Fue un gran perro. Pero creo que sí puede ayudar el refuerzo positivo para enseñar, al menos, algo de maña social a nuestro perro. Inicialmente con premios, que se retiran fácilmente en cuanto el perro comprueba el «arma» de relación que le hemos proporcionado. Mi actual husky está enseñado a manejarse con perros conflictivos, y le doy total autonomía: le he visto parar agresiones hacia él de perros reactivos con mucha elegancia. Y se le ve satisfecho de sí mismo. Tampoco gruñe o se muestra amenazador, solo apacigua, pero claro, hablamos de amenazas a sí mismo, no de conflictos entre otros perros. Sin embargo, en las pocas situaciones en que dos perros se han enfrentado delante de él, más que intervenir, se le ve desconcertado. Supongo que la genética no está de su lado, jajaja.
Muchas, muchas gracias por contarnos tu historia, María. Es muy grato que nos hayas dedicado tanto tiempo a escribir sobre tus perretes, y desprendes mucho amor hacia ellos. Convivir con uno de estos perros es una experiencia inolvidable, si sabemos entenderlos. Desgraciadamente, no siempre se les da la oportunidad de desarrollar sus habilidades sociales, cuando no incluso llegamos a inhibirlas. Nos alegramos un montón de que hayas tenido la fortuna de poder haber aprendido de ellos, sin duda son los mejores maestros. Buenos, has tenido perros diferentes con diferentes habilidades, a eso tenemos que acostumbrarnos, cada individuo es diferente, pero estamos seguros de que los quieres mucho y por igual, lo transmites en tus palabras. Gracias de nuevo por habernos dedicado unas línas tan emocionantes.
Madre mía! Este artículo ha sido como una revelación para mi.
Me explico: Tengo un Borde Collie de 16 meses, que con 3 meses y medio aproximadamente a partir de un par de sustos que le dieron sin yo tener constancia, empezó a «echar la boca» a los desconocidos humanos.
Buscando una solución hicimos un curso de adiestramiento en obediencia básico que nos ha venido fenomenal a los dos.
Pero con los desconocidos sigue desconfiando y si se le acercan de mala manera puede llegar a morder.
El caso es que por otra parte esta misma tarde comentaba con una amiga que Kai siempre media en las disputas de otros perros y trata de apaciguar los ánimos cuando hay tensión, y que es evitador de conflictos.
Ademas se lleva muy bien con los perros en general, pero cuadra con la descripción de tu artículo…los perros con correa le pueden llegar a descuadrar…en fin todo.
Creo que ahora entiendo mejor su comportamiento.
Aun así cualquier consejo me vendría de perlas!
Un saludo y muchas gracias!! Estupendo artículo! !
Un saludo.
Aitziber.blasco@gmail.com.
Muchas gracias por compartir la historia de Kai, Aitziber. Tal y como describimos en el artículo, son perros muchas veces incomprendidos y etiquetados con nombres que no les merecen. Desde La Brújula Canina, próximamente os ayudaremos a entenderlos aún mejor, estáte atenta a las novedades, :).
Por descontado que estaré atenta!! Ya os he fichado por todas las redes sociales que tengo así que no se me va a escapar ni una!! Mil gracias!!
Muchas gracias por tu confianza, Aitziber, esperamos estar a la altura, 🙂
Tengo una border collie de 1 año y es agresiva pero con otros perros, si estamos en una plaza y se le acerca un perro ella lo muerde, no puede compartir con ningun perro. Aparte de eso es super miedosa y ansiosa. Sacarla a pasear es un caos, tira todo el rato y si hay perros ladra, cuando la llevamos al parque esta todo el rato mirandonos para q le tiremos una pelota y corra, nunca esta tranquila.
Nos apena leer estas palabras, Carolina. Por desgracia, muchos perros sufren de miedos y estrés crónico, lo cual deriva en una cascada de problemas de conducta que en la mayoría de los casos se va agravando con el tiempo. Si crees que te podamos ayudar en algo, por favor, no dudes en escribirnos a la dirección de correo electrónico info@labrujulacanina.com y nos cuentas tu caso con más detalle. Gracias por confiar en nuestra opinión.
Desde pequeñito mi perro cuando había una pelea en el parque tenía que agarrarle porque quería ir a toda costa a meterse. No entendía por qué tenía esta conducta , no era su pelea … aunque imaginaba de alguna manera que quería intervenir para apaciguar. Se lleva genial con la mayoría de perros pero los nerviosos o estresados no le gustan, ya desde que ve uno observo sus señales de calma y la mayoría de veces termina gruñéndole. También lo hace con los cachorros que se sobrepasan, sobre todo si se le suben encima sin parar. Cuando encontramos un perro por la calle él se para y se queda mirando , como estudiando la situación , yo interepreto que está observando y decidiendo cómo es el otro perro , por supuesto no le obligo a caminar, espero que sea él quien decida cómo y cuando acercarse. Con los humanos también pasa lo mismo , no ha llegado a gruñir pero si veo que cuando hay alguno más «maleducado» lanza señales de calma como un semáforo. Será mi perro un perro solidario socialmente??
Muchas gracias por contarnos tu caso, Daida, es muy interesante. Bajo nuestro punto de vista, entendemos que los animales sociales como los perros tratan de buscar el bienestar grupal, la armonía social, y esos perros que describes (estresados, nerviosos) generalmente aportan inestabilidad a dicho grupo, lo que suele suponer antes o después un conflicto. Desde La Brujula Canina creemos efectivamente que esa actitud de pararse y analizar la situación que nos cuentas es un elemento identificativo de este tipo de perros solidarios socialmente. Estos perros en una situación así tratan de buscar la solución social al conflicto. Si te apetece, puedes enviarnos algún vídeo a la dirección de correo electrónico info@labrujulacanina.com y así podemos observar con detalle su actitud. Muchas gracias por leernos,
Gracias por ponerle nombre! Adoptamos un precioso cruce de rottwailer con pastor hace 3 años, no por esto, si no porque era precioso. Llevaba un año en la perrera «ayudando» con los perros difíciles. Su tamaño y sabiduría social canina hacían de él un gran terapeuta.
Nos convenció porque al presentarle a nuestro perro más mayor le respetó desde el principio y a nosotros nos hizo toda una demostración de amistad perruna : panza arriba, lametones, nos olía entre las piernas (esto lo sigue haciendo 🙂
Han sido tres años de aprendizaje con él intensos! Sólo puedo decir que veníamos de cosas tipo «El líder de la manada» y ahora leo páginas como la vuestra.
Recuerdo el día que encontré por primera vez el término»señales de calma». ¡¡Nuestro perro era el mayor pacificador que existía!!
Y no, no sirven con él los refuerzos positivos, ni los negativos (a veces no hemos podido evitar enfadarnos, hablar fuerte, tirar de la correa…). Si en lenguaje canino algo es peligroso o conflictivo, él ladra, gruñe, saca los colmillos, marca a quien esté siendo agresivo, etc. Hemos tenido que aprender nosotros y enseñar a los que nos rodean para que no le cojan miedo porque claro, esto también dispara sus alarmas.
Después de entenderle, sólo puedo decir que confío plenamente en él, es un gran amigo y es un gran perro.
Muchas gracias, Esther. Es un placer saber que os gustan los textos que publicamos, pero aún más placentero es que con ello estemos ayudando a que cada vez más perros sean comprendidos y tratados con respeto y cariño. Es una historia muy interesante la que nos cuentas, muchas gracias por compartirla con nosotros. Nos alegramos mucho de esa confianza, fijo que ahora es mutua, al igual que el amor que estamos seguros que os tenéis. Todos hemos tenido que aprender y evolucionar, no te preocupes, «aquellos que reniegan de su pasado, están condenados a repetirlo».
buen artículoo ! trabaje en un albergue de animales donde un maravilloso exponente perro solidario socialmente me ayudaba muchísimo en las tareas; a disciplinar a los que venían llegando y evitar conflictos… son perros tan inteligentes, autosuficiente, a veces me hacía pensar que era él el que estaba a cargo de todos y no yo XD por mí ojalá viviera por siempre junto a mí, que se cruce uno de ellos en tu vida es un regalo del universoo creo yo <3
Que emocionantes palabras, Erika, da mucho gusto leerlas. Muchísimas gracias por compartirlas con nosotros. Este tipo de perros son geniales si se les permite desarrollar sus habilidades, desgraciadamente eso no siempre sucede. Seguiremos luchando para que su importante papel social sea reconocido :).
Muy bueno, incluso barajaría la hipótesis de que el refuerzo positivo funciona peor en estos perros. Su motivación y su foco son totalmente diferentes.
Muchas gracias por tu comentario, David. Sin lugar a dudas creemos que es muy difícil tratar de «convencer» (mediante refuerzos) a este tipo de perros de la no intervención ante conflictos sociales de gran intensidad.