A pesar de que los vacíos en el conocimiento de la ETOLOGIA CANINA aún son abismales, afortunadamente los investigadores del comportamiento de los perros ya están avanzando a grandes pasos en el camino hacia su entendimiento profundo y de base. Una convivencia feliz conjunta con nuestros perros parece compleja sino hacemos el esfuerzo de comprender cómo PERCIBEN, cómo PIENSAN y cómo SIENTEN. Y así nos estamos empezando a dar cuenta de que la MODIFICACION DE PROBLEMAS DE CONDUCTA en los perros requiere considerar la raíz real de lo que hay detrás pero no vemos: los problemas emocionales. Descubre en este extenso y detallado post las infinitas ventajas del poder invisible del PROCESO DE RECONSTRUCCION EMOCIONAL.
«EL PODER DE LO INVISIBLE: LA RECONSTRUCCION EMOCIONAL CANINA»
La importancia de las emociones en nuestros perros.
Saltando el innecesario-por-evidente debate sobre si los perros tienen o no emociones, y el tipo de emociones que manifiestan, podemos decir que sus emociones, como las nuestras, son todo lo que son.
Prácticamente nada en el perro ocurre sin que haya una emoción detrás.
Las emociones en los perros influyen en aspectos tan diversos e importantes como por ejemplo:
- el tipo de aprendizaje o incluso la incapacidad para aprender o la ausencia de aprendizaje,
- sus expresiones faciales y corporales, denominadas expresiones emocionales,
- su estado de ánimo o emocional general,
- el funcionamiento bioquímico de su organismo, lo invisible de lo que son,
- su respuesta o comportamiento ante TODAS las situaciones a las que se ve expuesto en su día a día.
Por tanto, «diseccionar» con profundidad lo externo que vemos de un perro debería ser sinónimo de evaluar al detalle todas las emociones que le han llevado a ser lo que es, a comportarse como lo hace, y, desde el punto de vista de la educación canina, a desarrollar problemas de conducta que son necesarios «revisar».
Implicaciones del estado emocional sobre problemas de comportamiento en los perros.
Lo primero de todo, deberíamos plantearnos lo siguiente: ¿qué es realmente un problema de conducta?
No es nada fácil definir «problema de conducta de un perro» porque en realidad, en la mayoría de las ocasiones, depende mucho sino todo de la propia percepción subjetiva de la persona o personas con las que convive.
Para nosotros, un problema de conducta podría definirse como «todo aquel comportamiento de un perro que, saliéndose generalmente de sus conductas naturales, provoca un rechazo social justificado al tiempo que ocasiona en el propio perro problemas emocionales».
Esta última afirmación es fundamental: que te quede claro que a tu perro probablemente no le gusta y no se siente bien siendo responsable de situaciones de tensión social.
Simplemente es la única manera que le ha quedado de solucionar una determinada «situación» después con alta probabilidad de haber probado muchas otras alternativas previamente.
Casi con seguridad el problema lo hemos provocado nosotros, las personas, porque una vez tras otra no hemos escuchado lo que ese perro nos estaba «gritando en silencio» cuando estaba incómodo y que esa situación no era la más adecuada para él en ese momento.
¡Amigo humano, esto me está superando!… pero no fue escuchado hasta que los problemas de verdad aparecieron.
Desde el punto de vista fundamentalmente emocional, los problemas de conducta de los perros ante una situación determinada pueden desarrollarse debido a varios orígenes:
ORIGEN I: resultado de un aprendizaje, dentro del cual hay dos posibilidades:
a) puede ser el resultado de la emoción asociada a una experiencia traumática, generalmente la emoción del miedo. Se trata por tanto de una situación de carácter emocional negativo (miedo, ira, aversión/asco, tristeza, a veces sorpresa) y de una intensidad suficientemente importante para generar una «huella emocional» en ESE perro, de tal forma que a partir de entonces se produce un comportamiento diferente (problema de conducta) al que anteriormente dicho perro mostraba ante esa exposición (comportamiento neutro).
b) puede ser el resultado de una exposición relativamente continuada o frecuente a una situación determinada de carácter emocional negativo (miedo, ira, aversión/asco, tristeza, a veces sorpresa) a una intensidad baja o media, que acaba provocando en el perro un condicionamiento negativo y la percepción de que «aquello» no es algo neutro o positivo, y que por tanto «dispara» el problema de conducta a medio o largo plazo.
ORIGEN II: cuando los perros sufren un estado emocional muy degradado durante el suficiente tiempo, generalmente empiezan a aparecer problemas de conducta colaterales. Este perro comienza a «reaccionar» negativamente frente a situaciones normales que hasta hace poco tiempo gestionaba relativamente bien. ¿Por qué? Porque la carga emocional empieza a hacerse tan pesada que el perro libera el estrés crónico por donde puede.
ORIGEN III: la genética tiene un componente muy importante en las emociones de los perros, lo cual ha sido ampliamente demostrado en relación con el miedo. Hay perros que tienen mucha más tendencia natural o innata a desencadenar reacciones de miedo que otros. Para estos perros con mayor sensibilidad, es mucho más «fácil» desarrollar problemas de comportamiento. Como siempre, ser realista con el perro con el que convivimos es una herramienta fundamental para combatir la frustración. En este sentido, la epigenética (modificación de la expresión de los genes en función del ambiente) juega un papel esencial a nuestro favor.
En cualquier caso, es vital comprender que las emociones tienen un componente de individualidad tremendamente importante.
Lo que causa la emoción puede ser interpretado de manera completamente subjetiva por cada perro. Lo que a un perro puede provocar un miedo atroz a otro perro le puede parecer incluso divertido.
Empezando a construir la casa por el tejado: ¿por qué las terapias de modificación de conducta no están funcionando con tu perro?
Aunque he vivido toda la vida con perros, no fue hasta hace 10 años que empecé a aprender a nivel profesional sobre terapias de modificación de conducta. Habíamos adoptado al ahora anciano Wily y sus problemas de miedo en la calle eran terribles. Inicialmente no le di mucha importancia, simplemente me pareció que dándole tiempo las cosas se irían solucionando por sí solas. Sin embargo, al ver que no era así, acudí a mi primer centro profesional de educación canina.
Por no hacer muy extensa la historia, a partir de entonces comenzó mi peregrinaje por profesionales, libros, cursos, posts de internet y un sin fin de técnicas y materiales de trabajo de lo más variopinto.
Era algo automático: veía el anuncio de una nueva propuesta de formación y sentía que esta era ya la fórmula mágica que andaba buscando. Después de probar todo, un día me vino la luz.
El cambio pasaba por la reconstrucción emocional de los perros con problemas de conducta.
¿Por qué creo firmemente que esto funciona es así? Aunque es mucho más complejo, trataré aquí de explicártelo brevemente: porque ese perro necesita aprender una nueva forma de hacer las cosas o al menos volver a aprender la que tenía antes de desarrollar el problema, y no hay aprendizaje posible en situaciones de estados emocionales degradados.
¿Crees que una persona se puede concentrar para estudiar o memorizar correctamente cualquier información mínimamente compleja si está pasando por una depresión? A tu perro le pasa lo mismo.
Por este motivo, dudo mucho que ninguna pauta de modificación de conducta pueda ser útil en esas circunstancias, ni siquiera las «mejores», aunque es cierto que no siempre lo mismo funciona igual de bien con todos los perros (adaptación metodológica). Tu perro simplemente no está preparado en ese momento para estudiar y aprender, por más que te empeñes en dedicar tiempo, esfuerzo o dinero, dichas pautas simplemente no son funcionales porque tu perro está emocionalmente «tocado».
Por supuesto, con menos razón aún las metodologías que podríamos agrupar como metodologías deterministas, ya de por sí con una argumentación bastante frágil.
Se trata de aquellas pautas de modificación de conducta que establecen una relación causa-efecto directa e inmediata, tipo receta: «si tu perro hace esto, haz esto otro», sin mirar mucho más allá en las causas u orígenes del problema.
Igualmente, esta argumentación aplica en el caso de problemas de conducta encadenados. Tu perro puede comenzar a hacer algo que antes no hacía, por ejemplo, empezar a ladrar a personas desconocidas, cuando realmente la raíz del problema es de tipo emocional, con lo que por más que intentes aplicar metodologías como una desensibilización sistemática usando un clicker para «positivizar» a la gente, nunca conseguirás una solución sólida.
Simplemente los cimientos de esa «casa» son demasiado frágiles.
¿Qué es la reconstrucción emocional canina entonces y cuáles son los pilares conceptuales sobre los que se sustenta?
En pocas palabras, podríamos decir que la reconstrucción emocional canina sería el «proceso por el cual se lleva a cabo la recuperación del estado emocional general de un perro cuyas emociones negativas le han llevado a un estado anímico degradado «.
Los 6 pilares conceptuales sobre los que se sustenta la reconstrucción emocional canina son:
1) eliminar o reducir AGENTES ESTRESORES.
El estrés facilita la aparición de emociones negativas, como la ira. Bajo una situación de estrés crónico un perro no puede ser feliz, y no ser feliz supone la degradación progresiva del estado emocional general del perro. La reducción del estrés canino lleva a conseguir estados emocionales más positivos, lo cual puede contribuir a notables mejorías en relación a sus problemas de conducta.
No existe proceso de reconstrucción emocional canina sin un comienzo aplicando una revisión de los agentes estresores para ese perro en concreto y elaborando un plan de reducción de estrés individualizado para dicho cada perro.
2) mejorar la AUTOESTIMA del perro y favorecer la MADUREZ.
Los perros adultos son capaces de tomar una diversidad de decisiones tremendamente elevada de una forma acertada. Sin embargo, las personas vivimos constantemente tratando de ejercer control sobre sus actos y decisiones. Esto, además de limitar la capacidad de decidir de forma acertada por parte del propio perro, provoca un deterioro enorme de la autoestima en dicho perro.
Por supuesto, la autoestima está íntimamente relacionada con el estado emocional del perro: ¿quién puede ser feliz si está descontento con quién es? ¿si no cree en sí mismo?
El problema puede venir a la hora de ver cómo concretamos esto para los perros, sino podemos hablarles. Algunas ideas podrían ser:
1) Una de las mejores herramientas que tenemos a día de hoy para ello es proponer al perro pequeños retos mentales, de dificultad suficientemente alta para que supongan un aprieto para él, pero suficientemente baja para que pueda superarlos. Poco a poco, podremos ir incrementando la dificultad.
2) Ejercicios de flexibilidad mental, como el juego de la caja o el moldeado libre. ¿Qué queremos con ello? Cambiar las normas de nuestra relación con el perro en el pasado. Cuando antes le decíamos qué hacer, ahora esperamos que el perro proponga, y reforzamos su creatividad.
3) favoreciendo la autonomía e independencia del perro. Reduce el control sobre tu perro: elabora una lista de situaciones en las que puedes dejar de estar encima de tu perro y permítele decidir cuantas más cosas mejor de su vida cotidiana.
3) satisfacer sus NECESIDADES BASICAS SUPERIORES: conductas sociales, conductas exploratorias, conductas individuales.
Los perros tienen diversas necesidades básicas, desde las necesidades elementales o tipo I (comida, agua, orina, heces), pasando por las de tipo II (protección, confort, salud, descanso), hasta las que hemos denominado necesidades superiores o tipo III. A lo largo del tiempo hemos observado que existe un gradiente de desatención social desde las tipo I a las tipo III, por lo que un proceso de reconstrucción emocional de calidad debería asegurar que las necesidades superiores son también satisfechas:
a) conductas sociales: los perros son animales sociales y, como tales, necesitan relacionarse con unos criterios de calidad tanto con otros perros como con personas.
b) conducta exploratoria: todos los perros, con independencia de su raza, edad, sexo, pasado o presente… disfrutan de la maravillosa combinación que supone la ecuación de ejercicio físico + ejercicio olfativo.
c) conducta individual: ¿qué gustos e intereses tiene tu perro individualmente? algunos de estos intereses dependen de la raza (ej. pastorear en un border collie) pero muchos otros de estos gustos dependen ya más de cómo es ese individuo concreto. Una pregunta inmediata que suele surgir es: ¿conoces a ese perro con el que estás conviviendo?
Dicho lo anterior, todos deberíamos ser conscientes de lo siguiente: ¿cómo esperas tener un perro feliz y emocionalmente sano si no satisfaces sus necesidades básicas? Para ser feliz, tienes que hacer las cosas que te gustan.
Un perro para ser feliz tiene que ser todas estas realidades a la vez: individuo > raza > especie (perro) > carroñero > mamífero > ser vivo.
Pretendemos hoy en día con mucha frecuencia que los perros tengan vidas más de humanos que de perros, y eso es el principio del fin, el origen de muchísimos si no todos los problemas de conducta. Por ello, un plan de reconstrucción emocional debe incluir siempre un apartado destinado a revisar las necesidades básicas del perro y modificar todo aquello que sea necesario.
4) mejorar la relación del perro con su ENTORNO AMBIENTAL y SOCIAL.
Para un perro debe ser difícil estar bien emocionalmente si su entorno, todo aquello o parte de lo que lo rodea, no lo favorece.
Para ser útil, un plan de reconstrucción emocional debería asegurarse de que revisamos todos los factores relevantes relacionados con el entorno, en concreto a dos niveles:
a) entorno ambiental: ¿cómo es el ecosistema en el que convive el perro desde un punto de vista abiótico? Es decir, cómo afectan emocionalmente al perro todos aquellos elementos «no vivos» de su entorno. Estamos hablando de aspectos tales como ruidos y vibraciones, temperatura, humedad, estructura física del entorno donde vive (tamaño de las calles y aceras), tránsito de vehículos…
b) entorno social: al margen del proceso de socialización como mecanismo de aprendizaje o disfrute, ¿cómo se relaciona nuestro perro con los demás seres vivos con los que entra en contacto físico directo o indirecto (ej. a través del olfato)? ¿con personas conocidas y desconocidas? ¿con perros conocidos y desconocidos? ¿con individuos de otras especies como por ejemplo gatos?
5) modificar las EMOCIONES en situaciones de conflicto.
Las emociones «per se» tienen un valor, algunas son positivas, otras son negativas, y las hay que pueden ser de uno u otro tipo. Sin embargo, esto no quiere decir que siempre que el perro se vea expuesto a una situación que origine una emoción negativa, esto tenga que suceder permanente así durante el resto de su vida.
En un proceso de reconstrucción emocional canina podemos y debemos trabajar de manera activa para revertir el valor que ciertas situaciones, estímulos, personas o perros, tienen sobre nuestro perro.
Por supuesto, hay situaciones, estímulos o contextos sobre los que este cambio emocional no se puede realizar o no es viable, bien por factores relacionados con el propio perro (ej. nuestra Leela nunca dejará de sentir la emoción de asco ante determinados olores) o bien por parámetros relativos al propio tipo de estímulo en sí mismo (ej. es difícil que determinados estímulos puedan dejar de provocar miedo, como el sonido inesperado de una detonación). Sin embargo, para muchas situaciones es posible cambiar el tipo de emoción que se dispara en el interior del organismo del perro: ¿acaso en lugar de sentir miedo por las personas desconocidas no podrías empezar a sentir alegría? Muchas veces la solución más realista simplemente se reduce a convertir la emoción disparada ante esas situaciones en algo un poco más neutro, es decir, no es necesario cambiar de una emoción negativa a otra emoción positiva, sino simplemente reducir la intensidad de la primer de ellas.
6) aprender a DISFRUTAR JUNTOS.
No es posible una relación de felicidad conjunta con tu perro si no aprendes a disfrutar con él.
Los perros emocionalmente muy afectados necesitan volver a confiar en que pueden compartir momentos maravilloso con nosotros y creer así que pueden ser más perros y menos personas.
Olvídate de la jerarquía, de la dominancia, de las imposiciones y discusiones con tu perro y créenos cuando te aconsejamos que la mejor manera de comenzar el proceso de reconstrucción emocional es disfrutando.
Por supuesto, para poder disfrutar de tu perro necesitas entender qué es lo que le gusta hacer. A tu perro no tiene porqué gustar hacer lo que a ti te gusta, lo que a ti te gustaría hacer con él, o en el momento preciso que a ti te apetece. Disfrutar ambos conjuntamente es una actividad que requiere empatía por parte de ambas partes. ¿Te gustaría que tu perro te llevara a ti a correr 20 kilómetros el día que más cansado has llegado de realizar todo el día un duro trabajo físico? Quizás no, ¿verdad?
¿Es la reconstrucción emocional canina la solución única y definitiva para los problemas de conducta?
Sin lugar a dudas, la respuesta sería «NO SIEMPRE». Esto implica que a veces sí lo es, esas maravillosas ocasiones en las que por arte de magia desaparecen los problemas que tenía nuestro perro sin haber realizado sobre él absolutamente ningún trabajo directo, sino solamente emocional.
Pero dicha respuesta implica también que en otras ocasiones debemos añadir algo más de trabajo para solucionar los problemas de conducta de nuestro perro.
En resumen, podemos decir que nos encontramos con dos situaciones diferentes:
1) muchos de los problemas directamente desaparecen sin necesidad de hacer nada más, puesto que a medida que bajamos el estrés y el perro se va sintiendo mejor consigo mismo y con su entorno, deja de reaccionar a determinados estímulos;
2) para el resto de problemas que no han desaparecido, de seguro que su intensidad se habrá minimizado y además el perro siempre tendrá una mejor disposición para mejorar y aprender, por lo que será mucho más fácil la aplicación de pautas de modificación de conducta más activas.
Los «parches» o «tiritas» paralelos al trabajo emocional.
El proceso de reconstrucción emocional canina, aunque sólido y de calidad, generalmente no genera un cambio inmediato en las conductas no deseadas del perro. Por ello, los «parches» o «tiritas» al trabajo emocional son herramientas que vamos a necesitar en la mayoría de las ocasiones. Se trata generalmente de pautas con una base no emocional, sino más bien conductistas o deterministas, que nos permiten sobrellevar una situación inesperada que nos supera a nosotros y/o a nuestro perro. Estos «parches» o «tiritas» son muy habituales y las personas que convivimos con perros los llevamos a cabo para afrontar determinadas situaciones que se pueden dar en nuestro día a día entretanto el trabajo de reconstrucción emocional aún no ha generado sus frutos.
Por tanto, hay que asumir que tendremos que utilizar estos «parches», pero es muy importante que destaquemos que debemos tener cuidado para no quedarnos atrapados en ellos.
En cualquier caso, los «parches» o «tiritas» son y deben ser una solución temporal en el camino a la solución definitiva.
En conclusión: cuando tu perro tiene problemas, olvídate de aplicar metodologías puramente deterministas. Debemos entender que un proceso de reconstrucción emocional es fundamental en la mayoría de los perros con problemas de conducta severos o graves, de modo que las pautas que podamos aplicar para solucionar dichos problemas pocas veces serán útiles si nuestro perro no está emocionalmente preparado para asumir dicho aprendizaje.
Una de las herramientas más potentes dentro del funcionamiento de un grupo social es el denominado CONTAGIO SOCIAL. ¿Quieres aprender POR QUÉ Y CÓMO INFLUYE TU ESTADO EMOCIONAL O DE ANIMO SOBRE TU PERRO Y CÓMO PUEDES HACER PARA RESOLVER junto a él aquellas etapas de tu vida en las que tú no te encuentras bien contigo mismo? Puedes leer más en el siguiente enlace: http://labrujulacanina.com/como-influye-tu-estado-de-animo-sobre-tu-perro-y-como-resolverlo/
¿Has probado pautas de modificación de conducta sin una reconstrucción emocional previa y han fracasado a pesar de parecer pensar que estaban muy bien diseñadas? ¿Crees que los problemas de conducta de tu perro están principalmente asociados a deterioros emocionales? Estamos deseando escuchar tu caso, ¡Cuéntanoslo!
Si te ha gustado este artículo, y crees que con ello podemos aportar nuestro grano de arena para restaurar una parte de la felicidad de nuestros perros, por favor, compártelo.
Hola, quería saber para cuando aproximadamente se abre una nueva edición del curso on line sobre reconstrucción emocional canina. Gracias!
Hola, Viviana. En primer lugar, agradecerte tu interés en nuestra formación sobre REC. Aún no tenemos fecha fijada, pero esperamos concretar la propuesta en un par de semanas. Imagino que para marzo quizás… Me tiro a la piscina, porque aún tenemos que organizar la formación online de primavera, pues hemos comenzado cerrando fechas para formación presencial. En cualquier manera, ojalá que sea pronto y podamos disfrutar de tu participación en el curso. Cualquier cosa que necesites, del tipo que sea, por favor, no dudes en escribir a info@labrujulacanina.com y estaré encantado de resolverlo. Un abrazo, Viviana
Hola! me encanta mucho muchísimo la metodología que se propone aquí y creo que es lo que necesito para ayudar a mi compañera perruna, pero me surge una duda: en el apartado 5, el de modificación o reversión de ciertas emociones… echo de menos un «cómo». ¿Podrías ayudarme un poquito con eso si te cuento nuestro caso? o es que es siguiendo el resto de pautas como poco a poco se va modificando? Muchas gracias, estoy muy emocionada por empezar!!!
Hola, Elena. Los cambios emocioanales en situaciones de conflicto es una herramienta que utilizamos cuando en la vida diaria de un perro hay una situación muy concreta que se produce inevitablemente y que puede limitar el avance de la mejoría emocional del perro. En esos casos, creemos necesario actuar de forma concreta sobre esa situación, para que el resto del trabajo emocional pueda generar el efecto beneficioso deseado. ¿Cómo hacer esto? No hay una receta válida para todos los casos, pero digamos que la idea esencial es tratar de conseguir en esas situaciones «algo» que a tu perro le provoque un cambio emocional positivo. En general, usamos comida o premios para eso, pero bajo nuestro punto de vista nos perdemos la principal motivación para un perro: la social. Usando motivadores sociales puedes conseguir cambios emocionales mucho más eficaces y sólidos. Este es uno de los puntos que tratamos en el curso de «El poder de lo invisible: la Reconstrucción Emocional Canina (REC)». Las plazas para la II edición online están aún abiertas. Puedes ver todos los detalles en el siguiente enlace: http://labrujulacanina.com/taller-el-poder-de-lo-invisible-la-reconstruccion-emocional-canina/. Si podemos ayudarte en algo más, por favor, no dudes en decirme. Un abrazo,
Hola. Creo que, tras muchas búsquedas, he encontrado en vosotros un referente que que encaja con lo que siento en cuanto a «solucionar» los problemas de nuestros compañeros caninos. He adoptado a tres en pasos sucesivos, la primera y el segundo acabaron creando un buen vínculo. Ahora me me preocupa la tercera, Oti, una podenca andaluza sacada de una perrera inmunda de Orense. Muestra cicatrices físicas y psicológicas importantes. Tiene pánico a cualquier persona que no sea yo. En casa se muestra relajada (excepto si oye algún ruido) e, incluso, es dominante con mis otros dos compinches. Vivimos en un pueblo, así que nuestros paseos son por el campo o acudimos a un santuario a echar una mano donde se encuentra feliz con los otros perros. Lo malo es cuando nos encontramos con algún extraño, ladra y acosa a la persona en cuestión, si va suelta y se encoge y tiembla si la llevo con correa. Creo que necesito ayuda profesional.
Buenos días, Angela. Muchas gracias por tus amables palabras hacia nuestro trabajo, un verdadero placer poder servirte de ayuda en este camino. Enhorabuena también por tu generosidad y compromiso para con los perros, es un gesto que sin duda habla muy bien de tu persona. Por lo que describes, se trata de un caso efectivamente de raíz emocional, donde una reconstrucción emocional sería probablemente necesaria. Los perros que han pasado por situaciones emocionalmente muy complicadas, necesitan ser tratados con mucha paciencia y cuidado para poder recuperar un estado emocional adecuado. En este publicación te damos algunos consejos sobre ello, pero estamos muy de acuerdo en que probablemente lo mejor sería que recurrieses a la ayuda de un profesional. Si necesitas asesoramiento sobre ello, por favor, no dudes en escribirnos a info@labrujulacanina.com. Gracias de nuevo, de mandamos mucho ánimo. Un abrazo, Angela
Buenos días José: Me ha encantado el artículo, nosotros tenemos un cocker de dos años que cuando se queda solo llora y molesta a los vecinos. Hemos seguido varias pautas pero no ha mejorado, lo que me planteo es que lo que le pasa es que es un poco miedoso con las personas, aunque muy sociable con los otros perros. Como hemos discutido con los vecinos me cuesta un mundo dejarle solo y cuando lo hago me voy angustiada y vuelvo con el corazón encogido por si le oigo llorar. Me imagino que este estado lo debe de notar mi perro y por eso se estresa más pero no sé como hacer para que no me importe lo que piensen los vecinos y como hacer para que supere el miedo a estar solo. Un abrazo.
Hola, Ana, muchas gracias por compartir vuestro caso. Es posible que tu perro tenga un trastorno denominado «Ansiedad por Separación Canina (ASC)», aunque un perro que ladra cuando se queda solo también podría hacerlo por otros motivos. Si fuera el caso y se tratara de ASC, podemos decir que estamos ante un problema emocional del perro: el miedo a la soledad. El primer paso sería confirmar que este es el problema, y a continuación evaluar la gravedad del mismo para establecer si se trata de una caso leve, moderado o grave. A partir de ahí, diseñar el plan de modificación de conducta. Para la mayoría de los casos, independientemente de la gravedad, plantearse los conceptos relacionados con esta publicación, es decir, la Reconstrucción Emocional Canina (REC), aporta bastantes ventajas, aunque para los casos más serios de ASC debemos realizar un tratamiento mucho más específico. Es seguro que tu perro puede captar tu estado de ánimo, y que eso no ayuda, aunque si el problema es moderado o grave, trabajar contigo (que también es necesario en todos los casos) no será la solución definitiva, también necesitarás crear las situaciones de trabajo adecuadas para que tu perro haga su parte. Aquí puedes leer algunas publicaciones más relacionadas con la ASC que hemos ido publicando en nuestro blog: http://labrujulacanina.com/tag/ansiedad-por-separacion/. De cualquier forma, lo ideal sería que contactes con un profesional, cuanto antes, para que podáis trabajar juntos y poco a poco poder ir saliendo todos de esa situación, que somos conscientes que es muy desgastante. Si quieres que hablemos sobre ello, no dudes en escribirnos a info@labrujulacanina.com y podemos ver qué opciones tenéis. Gracias de nuevo, Ana, te mando un abrazo,
Mi perro Flaco es un perro abandonado al que encontramos en el campo en un estado lamentable. Es cariñoso y simpático y se relaciona bastante bien con otros perros. Pero en la calle tiene miedo absolutamente a todo. la cosa cambia cuando el elemento perturbador está dentro de casa, lugar que para el es la seguridad. Por ejemplo los niños jugando en la calle le dan terror. Sin embargo cuando hay niños en casa se acerca a ellos y quiere jugar. No se acerca a nadie pero a la vez no se esconde y se mantiene cerca, oliendo y esperando el momento para acercarse. Vivimos en un pueblito de Málaga y paseamos todas las mañanas por el campo donde el se siente completamente feliz… y un poco asalvajado también. Me encantaria encontrar un profesional que trabajara con él y con nosoros para intentar que supere sus miedos. Agradecería tu opinión.
Muchas gracias por compartir tu experiencia con nosotros, Maria gandarillas, gracias por tu confianza en nuestro trabajo. Muchos perros están emocionalmente bien (a nivel general) pero tienen problemas puntuales/concretos que limitan la normalidad de su vida diaria. Dependiendo de la frecuencia/intensidad con la que estos eventos negativos se produzcan, podemos llegar a una situación en la que convivamos con un perro cuyo estado de ánimo general se vaya degradando poco a poco. O en determinados otros casos esos perros son capaces de mantener un estado emocional adecuado, pese a que esas situaciones puntualmente les supongan (o a nosotros) un problema. Eso es lo que uno debe de valorar a la hora de determinar si empezar con una reconstrucción emocional (en los casos más degradados) o simplemente con una modificación de conducta más específica (cuando el perro en general está bien anímicamente). Si tienes dudas, lo mejor sería que trabajaráis con un profesional educador canino. Si tenéis la opción de trabajar presencialmente en vuestra zona de Málaga, puede ser una buena opción. En caso contrario, desde La Brújula Canina os podemos ofrecer nuestro servicio de tutoría digital. En cualquier caso, si necesitas más información, por favor, no dudes en escribirnos a la dirección info@labrujulacanina.com y estaremos encantados de atenderte de forma personalizada. Muchas gracias de nuevo, Maria. Un abrazo,
Como amante de los perros que soy me gusta todo lo que he leido aquí y en tu presentación y sobre todo como «humana de mi perro» (las palabras «dueña,ama etc no me gustan) me interesa especialmente,… Nuestro caso es parecido al de Maryluz y aunque trato de aplicar todo lo que leo y veo, creo que solo voy «solapando» el problema y salvando situaciones,pero no cambio de verdad la actitud de Badi y eso hace que los paseos no sean todo lo relajados que me gustaria,ya que siempre voy alerta,pendiente de preveer cualquier situacion y evitando encontrarnos de frente con determinados «enemigos» e incluso con alguno de sus humanos aunque vayan sin su perro… Añadir que además «mi pequeñín» pesa casi 50 kg con lo cual lo que en otros perrillos «hace gracia» en él…hace que la gente pase del «respeto» al miedo y que huyan con sus perros o los tensen,provocando reacciones nada agradables…
El caso es que por lo demás es un trozo de pan, en sitios abiertos y «no-su-territorio» es tranquilo, se relaciona y juega con otros perros bien,.Y en la familia es además muy tranquilo,inteligente,cariñoso,juguetón y superobediente.
Por todo ello creo que cualquier experto (…) que lo viera «in situ» vería dónde puede estar el problema,ya que no me parece cuestión de «adiestramiento» sino más bien de psicologia canina,pero leo que tú «nos pillas» un poco lejos. Podrias darme «alguna idea» o sabes de alguien como tú en Asturias que nos pueda ayudar? …Muchas gracias y «achuchones» para tus peques caninos ☺
Hola, Bea, muchas gracias por contarnos tu experiencia, siempre es un placer que confiéis en nosotros para compartir vuestras historias personales. Cada perro es diferente, cada familia humana es diferente, cada entorno puede cambiar, y cada perro ha pasado por diferentes experiencias vitales. Por eso es difícil decir cuál es la mejor solución para un determinado problema, o incluso muchas veces debemos ser realistas con hasta donde puede llegar un perro. La buena noticia es que cada vez hay más información, más conocimiento, y esto nos ayuda a desarrollar cada vez mejor nuestra labor de educación canina. Adelantar las reacciones de nuestros perros para evitar que se produzcan es importante, pero debes balancear también la tensión que eso supone durante el paseo. Quizás puedes plantear un trabajo de doble-fase, de modo que durante las «sesiones de trabajo» puedas ir por determinadas zonas más afines a los criterios que necesitas, y por otra parte puedas encontrar algunas zonas de relax (o tiempos de relax) para Badi, donde puedas relajarte tú también. Eso seguramente os ayudaría a reducir la tensión de todos los paseos, por darte alguna idea de las muchas cosas que se podrían cambiar. Si quieres escríbenos un email a info@labrujulacanina.com y podemos hablar más tranquilamente sobre qué opciones profesionales tenéis. Muchas gracias por tu confianza, Bea, un abrazo,
Felicidades por el artículo! Realmente, lo veo como un trabajo clave y, aunque ya tenía algún conocimiento, me has aportado nueva luz .. gracias!
Muchas gracias por tus amables palabras, Marimar. Es un placer que te haya gustado, así como poder coincidir en la gran importancia de los estados emocionales sobre nuestros perros. Un abrazo,
Muy buen artículo.
Me gusta el nombre de reconstrucción emocional porque muchas veces los problemas solo se solucionan así: trabajando desde dentro hacia fuera. Aunque no todos los problemas son emocionales, los más graves desde luego sí que tienen un gran componente emocional.
Y como bien dices no es nada fácil definir problema de conducta. De hecho la mayoría de las veces se considera a aquel comportamiento que es molesto para el guía, sin tener en cuenta si es saludable o no para el perro. Puede que sea inconveniente para el perro, pero como al guía no le supone una molestia no lo considera una conducta a modificar.
El tercer punto sobre el que has hablado en el proceso de reconstrucción emocional también se podría llamar «Dejar al perro ser perro» 🙂
Muchas gracias por tu comentario, David. Un placer que te haya gustado el artículo. Efectivamente, después de una reconstrucción emocional quedan a veces problemas de conducta remanentes, pero casi siempre su intensidad habrá disminuido. En otros casos, directamente dicho proceso de reconstrucción provoca la desaparición de dichos problemas sin necesidad de hacer «mucho» más. Muy de acuerdo contigo, muchos «problemas de conducta» no dejan de ser comportamientos naturales en los perros, que seguramente deberíamos aprender a respetar más. Así es, «dejar al perro ser perro» es esencial para que puedan llegar a alcanzar un estado emocional correcto. Gracias de nuevo, David, 😉
En el caso de que los problemas desaparezcan suele deberse más a estrés que otra cosa. Y si el estrés residual no es demasiado grande, como tú dices, el problema puede llegar a desaparecer.
Un saludo.
Muy de acuerdo contigo, David. Gracias de nuevo, 😉
SÍ ES FÁCIL RECONOCER UN PROBLEMA DE CONDUCTA:
Debe consultarse particularmente con un adiestrador cualificado,
con referencias y practicar alguna clase real
para corregir defectos de manejo
y obtener conocimientos prácticos en educación canina
para mejorar el comportamiento de convivencia.
Saludos desde Galicia….
Gracias por tu comentario, Antonio. Sin duda, es muy importante encontrar el profesional canina adecuado para cada caso. Saludos,
Si he probado pautas de modificación de conducta, y no se puede decir que haya fracasado, pues pienso que esto no es fácil y es de tiempo y he visto algo de mejoría, mi perro tiene problemas con ciertos perros en particular siberianos, perros pequeños de pelo largo, y lo que no contribuye de pronto a la mejoría es mi miedo y prevención debido a que mi perro ya trató de lanzársele a otros perros sin avisar sin gruñir solo ladraba y se tiraba, y en otros momentos me desconcierta porque puede pasar tranquilamente por otros perros, entonces estoy prevenida porque no sé qué esperar, quisiera tener menos miedo y poder dejarlo acercarlo a otros perros. Un día un cocker spaniel se le tiro le gruño y casi lo muerde y mi perro a pesar de eso siempre que lo ve, puede pasar tranquilo por el lado de él.
Además es muy sensible al ruido de los carros y cuando frenan le da miedo y retrocede. A veces pienso que todos estos miedos e inseguridades están relacionadas.
Si debe estar asociado a deterioros emocionales, y a la ansiedad y estrés que se ve reflejado cuando está en campos abiertos y hay más perros a su alrededor.
Muchas gracias por tu comentario, Maryluz Gil Quiroga. Es un placer que nos confies tu caso. Muchos perros que viven en situaciones de estrés muy prolongadas en el tiempo acaban haciendo comportamientos incoherentes, ya que el estrés es un gran enemigo de la «normalidad» de las cosas. Además, en situaciones de estrés crónico el perro efectivamente se vuelve imprevisible ante determinadas situaciones y el aprendizaje se ve muy limitado como consecuencia de varios factores fisiológicos. Seguramente realizar un proceso de reconstrucción emocional, comenzando con una reducción de estrés, sería recomendable. Hay muchos perros que cuando recuperan su estado emocional degradado comienzan a comunicarse más correctamente, tanto con nosotros las personas como con otros perros. Si tienes un problema grave, lo mejor es consultar a un profesional canino. Si necesitas asesoramiento al respecto, por favor, no dudes en escribirnos a la dirección info@labrujulacanina.com. Te mandamos mucho ánimo, un abrazo, Maryluz Gil Quiroga
Gracias por tu comentario y colaboración lo tendré en cuenta.
Estupendo, Maryluz Gil Quiroga, cualquier cosa que necesites, ¡un abrazo y mucho ánimo!