Hoy os planteo un tema que desde muy niño ocupó mi atención tremendamente pero que, ahora ya en la sociedad actual, más que incluso preocuparme me da pánico la dirección que tomó: ¿qué es la socialización para un perro?
«EL PERRO COMO ANIMAL SOCIAL: UNA DE LAS NECESIDADES BÁSICAS MÁS COMÚNMENTE DESATENDIDAS».
Para ello, lo primero que debemos de preguntarnos es: ¿Qué es un perro?
La respuesta a esta cuestión puede parecer simple para algunos, pero la realidad es que establecer una definición para un ser vivo que ha convivido junto con el ser humano durante tanto tiempo, con formas y funciones tan diversas, no es fácil.
Según estudios recientes, el perro original del cual provendría la mayoría de los perros modernos habría vivido en Europa hace entre 18.000 a 32.100 años. De cualquier forma, cualquiera que se preste a tratar de definir qué es un perro debería de profundizar en la lectura «Perros: una nueva interpretación sobre su origen, comportamiento y evolución» (Raymond y Lorna Coppinger).
Para mí, mis perros son unos amigos y un miembro más de mi familia, con su personalidad, manías, virtudes y defectos, problemas, y un largo etc.
De casi todos es sabido y admitido que los perros proceden (evolutivamente) de los lobos. Hay quienes piensan que es el ser humano quien los domestica, lo que parece que nos otorga un poder extraordinario, demasiado en el centro de todo, demasiadas veces. A algunos, como es mi caso, nos gusta más pensar que fue un proceso de mutualismo, es decir, un proceso en el cual el ser humano advirtió una serie de virtudes en los lobos domesticados, pero que al mismo tiempo fueron los lobos los que «voluntariamente», siendo que iban a obtener también ellos ventajas de aquella de asociación, decidieron acercarse a los seres humanos. La diferencia para algunos puede ser sutil, lo cual no deja de ser preocupante.
Con el tiempo, surgieron perros guardianes, perros pastores, perros de caza, y hasta perros entrenados para tirar de trineos. En todos los casos, perros etiquetados «de trabajo», de forma que su selección (artificial) estaba basada en gran parte en caracteres de comportamiento, y no tanto (o no prioritariamente) en estándares de belleza. Me puedo imaginar que si eras feo pero trabajabas bien, tenías una oportunidad en la cadena evolutiva.
En la sociedad actual, a raíz de la revolución tecnológica, los animales domésticos, esos que trabajaban para el ser humano, están siendo desplazados en muchos casos por «cosas no vivas». Cada vez vivimos más lejos del campo, y más cerca de farolas y asfalto, de modo que con el tiempo, los perros de trabajo cada vez fueron menos necesarios. Sin embargo, la explosión demográfica de los «perros de compañía» está siendo evidente. Es curioso, nos alejamos de la naturaleza, nos sentimos superiores a la madre tierra, y luego metemos en nuestros pisos de burbuja inmobiliaria animales que no comprendemos pero que pretendemos que nos hagan la vida más feliz.
Es lógico y justo admitir que genéticamente (morfológica y comportamentalmente), estos perros ya cambiaron mucho de sus predecesores, no solo de los lobos, que es evidente, sino también de sus ancestros caninos. Pero claro, también es coherente admitir que aún siguen siendo perros y no seres humanos. Por mi parte, ojalá nunca lleguemos a ver «perrhumanos». Y, claro, si son perros, y no personas, seguramente deberíamos plantearnos que no necesitan las mismas cosas que nosotros.
Es más, siendo realistas, ni siquiera podemos entender ni satisfacer las necesidades de nuestra propia especie, como para hacerlo entre especies diferentes (a nivel interespecífico). Lo que más insultante, a la par que aterrorizante, me resulta de esta reflexión es que haya gente que ni se plantee dicho «choque de culturas», como bien menciona el título del mismo nombre.
Seguramente, si estás leyendo este post tú eres de esas (pocas pero cada vez más) personas que se lo plantea. Enhorabuena por este primer paso. No obstante, si hasta ahora no te habías planteado esto y sigues leyendo, entonces es que vamos por el buen camino.
Llegados a este punto, deberíamos preguntarnos entonces: ¿cuáles son las necesidades básicas de estos perros con los que convivimos? Hasta hace algunos años, las necesidades básicas de los animales, incluidos obviamente los perros, eran definidas en muchos entornos (desgraciadamente aún pasa esto) como las 3 principales y «mágicas» necesidades fisiológicas: comer, beber y poder hacer sus necesidades (pis y caca). A lo sumo, los más «iluminados» incluían dormir, aunque por supuesto no hablemos de un descanso de calidad.
Es evidente que sin satisfacer las necesidades de comida, ni agua, ni pis ni caca, en fin, cualquier ser vivo superior (o inferior) está condenado a la muerte. Hasta ahí estamos de acuerdo, pero, ¿realmente es suficiente garantizar esto para nuestros perros? Muchos hoy en día creemos que no, que dentro de las necesidades básicas de los perros deberían incluirse un conjunto mayor de actividades, dentro de las cuales la conducta exploratoria, la conducta social y las conductas individuales deberían de representar una piedra angular.
Hoy queremos hablar aquí de la conducta social, pero no deberíamos olvidar (y hablaremos de ello próximamente) que permitir a nuestros perros desarrollar su conducta exploratoria y sus conductas individuales de manera adecuada y suficiente es una de las bases de la felicidad canina. Concretamente, hoy queremos hablar de la socialización perro-perro, una de las grandes facetas olvidadas de las rutinas de nuestros perros hoy en día.
Dicho esto, es importante tener claro que los perros, de base, son animales sociales, es un hecho que está inserto en su código genético de comportamiento, de modo que no favorecer el desarrollo de esta necesidad va en dirección contraria a su felicidad.
Deberíamos insertar en nuestra cabezota humana que no favorecer el desarrollo de relaciones sociales por parte de nuestros perros es tan grave como no darles comida y agua.
Estoy seguro de que si se le preguntara a muchos de esos perros que viven aislados, muchos de ellos preferirían no comer ese día por poder pasar la tarde explorando con algún amigo perruno. Claro está, no nos dejemos engañar, luego que no venga nadie diciendo que su perro no es social porque no se lleva bien con otros perros. Salvo honrosas excepciones, que estoy seguro de que existen, ahí falla algo de base. Si después de años de aislamiento a ese perro lo llevas de marcha con un grupo de 10 perros iguales de poco sociales que él, estoy seguro de que la fiesta va a incluir sangre. Y luego, es evidente que hay individuos e individuos. Todos hemos conocido al típico perro que no tiene ningún problema pero que tampoco disfruta mucho de la compañía.
Desde algunos foros se nos intenta convencer de que actualmente los perros tienen más apego con personas que con perros. Bueno, seguramente la cultura urbana del perro puede estar llevando a esos individuos a ello. Ahora, no sé si prefieres jugar al fútbol con una persona o con un elefante. Lo cual no quita para que el elefante y tú podáis hacer actividades juntos y os améis, pero hay «algunas cosas» que tú como humano nunca le vas a poder dar. Hoy no hablaremos de las «drogas caninas» y los «perros yonkies», pero próximamente publicaremos un post al respecto con nuestra opinión.
Por supuesto, no debe confundirse socialización con meter a nuestro perro en un parque canino durante horas a que todos los días se «relacione» con otros perros en un espacio realmente reducido para las necesidades de algunos mientras tú te puedes echar una cerveza tranquilamente hablando con la chica a la que quieres invitar a salir. Ni, tampoco queremos decir con eso, que la socialización sea meter a tu perro rural que nunca ha llevado una correa en mitad de la Gran Vía de Madrid «para que se socialice».
Hablamos de una socialización acorde a los criterios de los perros, y, para dar más detalle, acorde a los criterios concretos de tu perro. Lo que para uno puede ser socialización para otro puede ser una terrible pesadilla.
Pero qué duda cabe que una buena socialización lleva a los perros a ser más felices.
Los que habéis podido ver la cara de vuestros compañeros de cuatro patas después de una buena sesión de aquello que más les gusta en compañía de otros perros, estoy seguro de que podéis corroborarlo.
¿Qué factores debo considerar a la hora de socializar a mi perro?
1. Duración de la socialización.
Cuanto tiempo pasa tu perro con otros perros en cada «sesión» de socialización. Lo ideal es un tiempo intermedio, pero ese punto lo marca cada perro en cada situación. Si estás demasiado poco tiempo la socialización puede ser insuficiente para tu perro. Si estás demasiado, hay perros que se saturan mentalmente y comienzan a desarrollar comportamientos no deseados y anormales que, puntualmente, pueden condicionarse o fijarse en su comportamiento.
2. Frecuencia de la socialización.
Cuántas veces a la semana tu perro se relaciona con perros. «Lo poco gusta, lo mucho agota». Es bueno que tu perro se relacione con otros perros con una frecuencia suficiente, mínimo de dos o tres veces a la semana. Muchos perros necesitan «descansar» de relacionarse y de ver perros nuevos, de modo que podemos ofrecer a nuestros perros otras actividades, como juegos de olfato o una interacción directa con nosotros.
3. Con quien se socializan.
Ten en cuenta que no es igual de cómodo ni para ti ni para tu perro estar en un entorno social con personas o perros que sean conocidos o que sean desconocidos. En el caso de conocidos, es muy diferente estar con amigos que con enemigos. En el caso de desconocidos, la incertidumbre de las habilidades sociales del perro de enfrente es alta, por lo que deberíamos valorar si nuestro perro en esa situación está cómodo o no.
4. Intensidad del tiempo de socialización.
Es aconsejable que evalúes en qué situaciones a tu perro la socialización le supone más un problema que una ventaja. Si lo primero tiene más peso en ese contexto, deberías de plantearte no exponerlo demasiado hasta que se solucione progresivamente el problema.
5. Diversidad de perros en la socialización.
Es importante que tu perro se relacione con perros de edades, formas, tamaños, colores y comportamientos diferentes. Si tu perro siempre se relaciona con chihuahuas, por ejemplo, es probable que el día que se encuentre con un mastín del pirineo la socialización se convierta en una película de terror.
6. Modo de socialización.
No es lo mismo socializar con correa que sueltos. La mayoría de los perros se comportarán de manera muy diferente. Lógicamente, si preguntas a tu perro te dirá que como estar libre no hay nada comparable, de modo que yo siempre recomendaría que al menos parte de la socialización en sus rutinas fuera estando el perro suelto. De igual manera, los perros se relacionan mucho mejor en ausencia de juguetes y comida, pues se crean situaciones de tensión que pueden derivar en conflictos innecesarios.
7. Lugar de la socialización.
En general, yo recomendaría espacios abiertos, siendo ideal una zona de campo o monte. Aunque es cierto que puntualmente pueden ser útiles para determinados perros o determinadas etapas de la vida del perro, en general no me gustan los parques caninos urbanos, principalmente por su tamaño. Es cierto que en este sentido la normativa de muchas leyes municipales limita la posibilidad de socializar sin correa, pero nadie dijo que tener un «perro muy perro» fuera fácil (ni barato).
Por el contrario, las malas maneras de socializar o, en el peor de los casos, el aislamiento social, en la mayoría de los casos traerán consecuencias serias. A veces la repercusión de la falta de correcta socialización está latente durante algún tiempo. A veces los resultados de una deficiente socialización están detrás de problemas más evidentes, pero no las vemos, cuando en realidad son la causa de esos problemas más patentes. Algunos perros caen en depresión, simplemente dejan de tener mucho interés por la vida. Otros desarrollan problemas de agresividad o, en su nivel más bajo de intensidad, problemas de reactividad. Se obsesionan con objetos, como proteger palos o piedras, desarrollan estereotipias (a veces muy sutiles), ladran de manera obsesiva o sin una razón aparente, dejan de tener apetito,…
Es muy difícil concretar en tan poco espacio la extensa lista de problemas que la falta de socialización o la socialización de mala calidad pueden generar en un perro. Pero, como tantas otras cosas en esta vida, el que no veamos algo no significa que no exista.
Como siempre en conducta canina, los problemas deberían resolverse desde la raíz, desde la causa u origen, y no exterminando los síntomas, la apariencia externa de esos problemas. La causa será la falta o la incorrecta socialización. Los síntomas, cualquier cosa no natural en un perro que vemos, algo más tangible.
Queremos animar todas a aquellas personas que convivan con perros cuya necesidad básica de la socialización con otros perros está deteriorada a poner soluciones. Si realmente los amamos, debemos amarlos como son, para lo cual necesitamos saber primero cómo son y luego, a continuación, dejarles ser perros para que ellos puedan ser felices como lo que son.
Dependiendo del nivel de destrozo, en muchas ocasiones lo más recomendable es acudir a un educador canino para restablecer la felicidad mutua. En este sentido, debo recomendaros siempre un profesional que trabaje con técnicas de modificación de conducta benignas para vuestro perro. Asumir que un problema de conducta solo se puede solucionar con una metodología aversiva para el perro, en mi opinión, supone el fracaso de la profesión. En todo caso, prefiero quedarme con el problema tal cual lo tengo, que imponer con dolor mi voluntad. Al menos así existirá respeto mutuo.
¿Y tu perro? ¿Se socializa correctamente? ¿Tiene algún problema de socialización? ¿Estás ya poniendo soluciones? ¡Cuéntanoslo!
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Gracias por sus artículos y reflexiones. Hace mucha falta gente como ustedes que nos ayude a conocer mejor a los perros.
Lo triste es que la mayoría de la gente que tiene perro (al menos en Argentina donde yo vivo) no se tomaría el tiempo de leer algo como esto, o de conocer a su perro realmente.
Sigan publicando, estoy siempre pendiente. Abrazos.
Muchas gracias, Leandro. Efectivamente, en muchos lugares el perro no es comprendido y por tanto tampoco respetado. La labor de todos es remar juntos para llevar el mensaje cada vez a más gente. Gracias por seguir nuestras publicaciones, es un verdadero placer. Un abrazo desde España,
Hola me encanta vuestro blog y vuestros consejos! felicidades por vuestro trabajo. Mi peludito se llama Chester y es un Golden Retriever de dos años y medio, le encanta la gente, en especial los niños (incluso yo creo que muchas veces más que los propios perros) y le gusta mucho jugar con cachorros, nosotros siempre salimos a pasear durante 2 o 3 horas haciendo rastreo, juegos, descanso y el va siempre suelto por que me obedece mucho y no molesta ni a corredores ni bicis, pero, últimamente cuando ve a perritos o llegamos a algún campo con perros su actitud es de entrar a saludarlos ladrando, no es por mal porque nunca ha mordido ha ninguno y su forma de ladrar no es agresiva, yo creo que se emociona demasiado y su forma de canalizar la emoción es así.. y si le saludan los dueños de los perros me cuesta mucho que deje de ladrar porque es como si entrara en un bucle emocional, es como si se revolucionara.. o quizás sea por inseguridad o miedo hacia ellos.. no sé.. la verdad me cuesta entender su actitud.. me podrías dar tu opinión o algún consejito sobre como debo actúar yo para calmarlo? muchas gracias
Hola, Laura, muchas gracias por tus amables palabras hacia nuestro trabajo. Desde un punto de vista emocional, un perro como Chester con dos años y medio debería empezar a ser un adulto maduro. Eso implica que debería reducir los tiempos y la intensidad del juego (por su propia decisión, como ocurre con las personas adultas). Por otro lado, un perro que tiene síntomas de ser hiperamistoso (en este caso con personas, pero podría ser también con perros) suele tener detrás algunos indicios de inseguridades. Además, creo que aciertas muy bien con el posible diagnóstico cuando nos comentas que «se emociona demasiado». Sobre un perro que hace esto con situaciones cotidianas deberíamos revisar si su autoestima y madurez emocional corresponden a su edad. En caso contrario, el trabajo estaría en ceder poco a poco a tu perro su capacidad de tomar decisiones por él mismo, y sin duda revisar qué situaciones le provocan una subida de estrés (identificar agentes estresores) y descubrir el origen de ello. Esperamos haberte dado una visión más aclaratoria de la situación. Por supuesto, nos falta mucha información y detalles para poderte dar un consejo más exacto. Ojalá que lo disfrutéis mucho y consigáis ir resolviendo esos problemas. Si necesitáis algo, por favor, no dudes en escribirnos a info@labrujulacanina.com, y os atenderemos encantados. Muchas gracias de nuevo, Laura, os mando mucho ánimo. Un abrazo,
Muchas gracias ..me servis de muchisima ayuda .nero no se comporta bien con algunas razas de perro sobre todo si estan sin castrar pero en general es aociable
Muchas gracias a ti por compartir tu caso. Los perros son como las personas, no todo el mundo nos puede caer bien o simpatizar. Lo importante es tener una vida social normal y suficientemente frecuente, sin caer tampoco en los excesos. Gracias de nuevo, 😉
Hola tengo una lokita adoptada y es muy buena con las personas pero desde que la castre cambio mucho su comportamiento con perros.
Al principio era con hembras ahora ya es cualquier tamaño sexo incluso cachorros..les ladra que parece que se los fuera a comer y ya mordió a una perrilla y me da miedo que vuelva a hacerlo.vamos a paseos de socialización y gestiona genial pero en los paseos diarios uff.
Un saludo
Muchas gracias por compartir tu caso con nosotros, Criss. Desgraciadamente, las intervenciones de esterilización provocan muchas veces cambios de comportamiento imprevistos. A pesar de ello, nuestra labor es continuar dándole a nuestros perros las mejores herramientas de gestión social que podamos. Efectivamente, los paseos de socialización pueden ser una ayuda importante para algunos perros, pero muchos otros tienen el problema real en su día a día, con limitantes como ser zonas más urbanas, pasear con correa, no contar con el acuerdo de las otras personas,… Por ello, es bueno trabajar conjuntamente en ambas líneas o, si es recomendable, diseñar un plan por etapas con una dificultad ascendente. Cualquier consulta que tengas, por favor, no dudes en decirnos. Gracias de nuevo, Criss, te mandamos mucho ánimo
hola tengo un perro de aguas español de cuatro años es muy bueno pero un dia cuando le lleve a jugar al parque ocurrio lo inesperado mi perro estaba jugando con un perro yoshire y de repente veo que viene un bull terrier a todo meter corriendo coge al perro que mi perro se lleva mal con los machos el perro sin bozal se le escapo de la correa y se enzarzo con mi perro gracias a dios mi perro esta vivo otro suceso que me ocurrio voy paseando con mi perro por el campo mi perro atado y el dueño del otro perro su perra una bullmastin ve a mi perro y la bullmastin se enzarza con mi perro no le acerco a los perros por si ocurre una desgracia
Muchas gracias por compartir tu caso con nosotros, alberto. Los perros son animales sociales por naturaleza y, como tales, la conducta social es una necesidad básica para garantizar su adecuado estado emocional. Por tanto, es fundamental que nos aseguremos de que nuestro perro tiene cubierta dicha necesidad. Dicho esto, lo anterior no significa que tu perro tenga que conocer o estar todos los días con centenares de perros ni tampoco implica que sea bueno obligarlo a estar con otros perros en cualquier situación. Es más, tu perro puede ser un perro perfectamente social y no por eso significa que todos los perros tengan que «caerle bien». Lógicamente, esto último no justifica que si un perro determinado no le termina de caer bien, entonces vaya a dañarlo. Nuestra recomendación es que debes obligarte a socializar a tu perro, con los perros que consideres adecuados, en el entorno que te parezca más cómodo, pero debes hacerlo, o a largo plazo tu perro tendrá problemas emocionales. Si no sabes cómo hacer esto, te recomendamos que hables con un profesional canino. Si tienes alguna duda al respecto, por favor, no dudes en escribirnos a la dirección de correo electrónico info@labrujulacanina.com. Gracias por confiar en el equipo de La Brújula Canina, alberto, un abrazo,
Para mi la socialización ha sido desde el primer día un pilar básico para mi cachorro mestizo de 5 meses. Le gusta estar sólo y que no le molesten en el jardín pero investigar le encanta y jugar con otros perros cuando paseamos le vuelve loco (demasiado, pero espero q se relajará), se olvida de mi. Pero ahí estamos. Desde el jardín muchos paseantes lo saludan a través de la valla y él sale a saludar. Le gusta la gente y los perros. Y también tener su espacio. Como yo. 😉
Muchas gracias por tu comentario, Clara. Estamos completamente de acuerdo contigo en el hecho de que ser social no implica necesitar espacio y momentos propios. Frecuentemente se ha confundido (y se sigue haciendo, en nuestra opinión) ser social con ser el 100% del tiempo un perro falsamente amistoso. Los perros sociales también necesitan descansar de otros y tener momentos para pensar y sentir sus propias emociones. Eso es un perro maduro. Gracias por compartir tu caso con nosotros.
Enhorabuena de verdad por vuestra gran labor,por ser tan claros,logicos y directos.Pq vuestra información crea conciencia y abre nuestra mente humana para poder hacer felices a nuestros perros disfrutando aprendiendo!! Ojalá os tuviera cerca!!! Saludos desde Cantabria.
Muchas gracias por tus palabras, Cristina. Nos hemos emocionado al leerlas, es muy gratificante que haya personas como tú a las que les guste lo que hacemos, ya que ponemos toda nuestra ilusión en ello. También sería un placer estar más cerca, aunque podemos estar lejos de cuerpo pero cerca de corazón, :).
Muchas gracias por el post. Es realmente interesante y práctico para tener en cuenta a diario.
Muchas gracias a ti por leernos, José Luis. Nos alegramos mucho de que lo encuentres útil, es muy gratificante saber que la información que publicamos puede servir a más gente.
buen trabajo, felicidades…
Muchas gracias, Raül. Nos alegramos mucho de que te haya gustado este post. Es muy gratificante saber que os gusta nuestro trabajo 🙂