Los perros son animales sociales y, como tales, tienen una tendencia innata a organizarse en grupos sociales y han desarrollado complejos mecanismos de aprendizaje social. La participación con tu perro en cualquier tipo de grupo social (profesional, recreativo, familiar) puede implicar muchos beneficios: 1) satisfacción de una necesidad básica fundamental en cualquier animal social para desarrollar un estado emocional adecuado (relación conspecífica), 2) resolución de problemas de socialización perro-perro, 3) aprendizaje de conductas positivas a partir de otros perros, como por ejemplo el tratamiento de determinados miedos. Adéntrate con este post en el maravilloso mundo de los grupos sociales caninos, y descubre los entresijos de los mecanismos de aprendizaje social, tan frecuentemente olvidados pero tan vitales en la configuración de la conducta definitiva de tu perro. Tu perro terminará pareciéndose a su entorno social, ¿cómo te gustaría que fueran sus referentes sociales?
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«APRENDIZAJE CANINO A TRAVES DE GRUPOS SOCIALES: Dime con quien andas, y te diré quién eres.»
El perro como animal social: necesidad básica.
Los perros como especie, de base innata, son animales sociales, es un hecho que está inserto en su código genético de comportamiento, de modo que no favorecer el desarrollo de esta necesidad va en dirección contraria a su felicidad (leer más).
Deberíamos insertar en nuestra cabezota humana que no favorecer el desarrollo de relaciones sociales por parte de nuestros perros es tan grave como no darles comida y agua
Decimos que los perros son animales sociales, y los animales sociales se organizan en estructuras que podríamos denominar grupos sociales. La diversidad de realidades que pueden agruparse dentro de este concepto de grupo social es muy amplia. Antes de comenzar a profundizar, lo primero que deberíamos hacer es dedicar unas líneas a definir qué es un «grupo social canino» para nosotros.
¿Qué es un grupo social canino?
Bajo nuestra propia definición, y de una forma muy sintética, un grupo social canino podría definirse como “aquel grupo de perros que, convivan juntos o no, presenta una dinámica social establecida dentro de la cual los perros presentan una red de relaciones positivas para el propio grupo” (LBC, 2016).
La pregunta inmediata que puede surgir sería: ¿cualquier conjunto de perros constituye un grupo social? O, dicho en otras palabras, ¿cuáles son las principales características que debe cumplir un grupo de perros para ser etiquetado como un grupo social canino?
Todo grupo social canino muestra 5 características bien definidas:
- Los perros que forman parte de ese grupo deben mostrar motivaciones e intereses comunes. Un grupo de perros sin motivaciones e intereses comunes, es un conjunto de individuos actuando justamente como eso, como individuos independientes, con las conductas de cada perro aisladas de las de otros perros.
- Dicho conjunto de perros debe presentar una división socialmente consensuada en relación a los roles y las labores de cada uno de sus miembros. Un grupo de perros donde todos o la mayoría de los individuos tratan de ocupar roles o realizar labores similares, carece de una dinámica social coherente y es difícilmente sostenible.
- Este grupo de perros debe mostrar una relación de estatus social establecida y coherente. Por ejemplo, en un grupo social, las decisiones importantes para el propio grupo no son tomadas por un único líder (no existe el denominado «liderazgo consistente») ni tampoco por todos los individuos, pero sí por varios perros (se denomina «liderazgo variable») (ver más).
Recuerda que conceptos tan generalizados como la «dominancia» o el «macho alfa» ha sido revisados en la actualidad con base rigurosa y científica, habiéndose rechazado muchos de los axiomas que los sustentaban (ver más).
- Para que un conjunto de perros sea un grupo social, es fundamental que existan normas y valores en relación a los aspectos más relevantes para el grupo y que dichas normas y valores sean aceptados individualmente por todos los miembros.
5. Todo grupo social canino presenta un sistema de premios y castigos socialmente aceptados por sus perros miembros para aplicar en aquellos casos en los que las normas sean respetadas o violadas, respectivamente.
¿Quiere decir esto que un grupo de perros que no cumpla todas las características anteriores no vale de nada? En realidad, no necesariamente, quizás es un grupo de perros que podamos emplear puntualmente para ayudar al nuestro con algún problema o conflicto concreto, pero siempre contemplando con mucho cuidado la dinámica social de dicho grupo.
El estudio y conocimiento de la estructura (tipo de perros) y funcionalidad (procesos de relación entre perros) de los grupos sociales caninos es fundamental por dos grandes motivos:
1) convivir con perros plenamente felices, cuyas necesidades más vitales están satisfechas;
2) resolver los problemas de conducta de nuestros perros a través de la reconstrucción emocional canina, dentro de la cual la satisfacción de necesidades básicas como la socialización desempeña un papel fundamental en el estado emocional de nuestro perro.
Teniendo en cuenta su origen evolutivo, la organización natural de los perros en grupos sociales ha desarrollado una amplia diversidad de mecanismos de aprendizaje basados en las acciones que el resto de los miembros de dicho grupo realizan, lo que se conoce como aprendizaje social.
Aprendizaje social en perros: concepto y mecanismos
El aprendizaje en los perros sería aquel proceso de adquisición de conocimientos, habilidades, valores y actitudes, posibilitado mediante la observación, la enseñanza o las experiencias.
Este proceso de aprendizaje en los perros se puede clasificar en dos grandes tipos: el aprendizaje asocial o individual y el aprendizaje social.
I) Aprendizaje asocial o individualista:
Es aquel proceso de aprendizaje donde se considera únicamente las capacidades del individuo, sin tener en cuenta su entorno social. Este tipo de aprendizaje es aquel en el que la mayoría de los profesionales adiestradores y educadores caninos han estado confiando a lo largo de muchos años. De hecho, la mayor parte de las teorías sobre cómo aprenden los perros se basan precisamente en conceptos como el condicionamiento clásico o el condicionamiento operante, incluidos en este tipo de aprendizaje asocial.
II) Aprendizaje social:
Sin embargo, después de haber hecho tanto hincapié en que los perros son animales sociales, parece difícil no pensar que tienen mecanismos (muy avanzados) de aprendizaje social. Este aprendizaje social canino se produce cuando el aprendizaje de un individuo está influenciado por la observación o interacción con otros perros y sus acciones (como marcaje olfativo, escarbar,…).
Los principales mecanismos de aprendizaje social en los perros pueden dividirse en varias categorías:
1) APRENDIZAJE SOCIAL DE MEJORA LOCAL: aprendizaje a partir del cual se aumenta la probabilidad de que el perro «observador» (podríamos llamarle «estudiante») atienda al mismo estímulo con el que el perro «demostrador» («profesor») se encuentra interaccionando en ese entorno o en otros diferentes.
2) APRENDIZAJE SOCIAL DE MEJORA DEL ESTIMULO: aprendizaje a partir del cual se incrementa la probabilidad de que el perro «observador» interaccione con estímulos de las mismas características físicas que las de aquellos estímulos con los que el perro «demostrador» está interaccionando.
Los perros pueden hacer predicciones y modular su comportamiento en situaciones nuevas nunca antes experimentadas a partir de situaciones pasadas diferentes en función de la respuesta de su contexto social (ver más).
3) APRENDIZAJE SOCIAL DE CONDICIONAMIENTO OBSERVACIONAL: aprendizaje a partir del cual un estímulo no condicionado (positiva o negativamente) por el perro «observador» termina dando lugar a una respuesta asociada (condicionada, positiva o negativa) como consecuencia de la interacción por parte del perro «demostrador».
4) APRENDIZAJE SOCIAL DE IMITACION O COPIA: el perro «observador» desarrolla un modelo dentro de un proceso con un objetivo intencionado (imitación) o no directamente intencionado (copiado) a partir de los comportamientos del perro «demostrador».
Aunque no es el objetivo de esta publicación entrar en detalle con ello, es fundamental tener en cuenta que, independientemente de cuál sea el mecanismo de los definidos anteriormente, el aprendizaje social, como así sucede igualmente con el asocial, pero creo que en éste más aún, se expresa con formas e intensidades muy diferentes en función de las diferentes etapas por las que pasan nuestros perros a lo largo de sus vidas:
- Antes de nacer.
- Durante el parto.
- Durante la lactancia.
- Destete.
- Etapa infantil.
- Adolescencia.
- Madurez.
- Vejez.
Por otro lado, se ha demostrado ampliamente que en el caso de los perros el aprendizaje social puede producirse en el binomio perro-perro, pero también en el caso de perro-persona. Esto significa que nosotros las personas podemos enseñar muchas cosas (a veces negativas o perjudiciales) a nuestros perros a través de estos mecanismos de aprendizaje social. Cuando hablamos de grupos sociales caninos parece lógico pensar que el mayor peso del aprendizaje lo debería de llevar la relación perro-perro, siendo nuestro papel como humanos principalmente observacional y, yendo a lo más intervencionista, actualmente como un referente de calma. En términos más precisos, se trata de lo que se ha denominado como aprendizaje social conspecífico, es decir, entre miembros de la misma especie (perro-perro).
Desde La Brújula Canina creemos firmemente que hay aspectos de los protocolos sociales caninos que sólo pueden enseñarse entre perros. Cuando intervenimos las personas en estos casos lo único que hacemos en ese proceso de aprendizaje es introducir mucho «ruido» inútil.
Por otra parte, no deja de ser sorprendente el hecho de que el término hasta hace poco tiempo denominado (y muy empleado) «aprendizaje vicario» o «aprendizaje por imitación» casi siempre tuvo una connotación negativa. Tendemos a pensar con demasiada frecuencia que el ser humano es el único que puede enseñar las cosas buenas a los perros, y que otros perros, muy tontos ellos, sólo pueden enseñarle a hacer malas conductas o conductas que no nos interesan a los humanos que hagan (¿demasiado «caninas»?)… Forma parte de nuestra propia educación humana desde las edades más tempranas… ¿cuándo aprenderemos a preocuparnos más de exaltar lo positivo, y tener menos permanentemente en consideración lo negativo de los demás?
Dicho todo lo anterior, podríamos plantearnos una cuestión: ¿cualquier conjunto de perros constituye un grupo social con una función definida?
¿Cuándo un grupo social es funcional? Tipos de funciones.
Podríamos decir que un grupo social es funcional cuando cumple aquella función para la que ha sido creado o diseñado. Desgraciadamente, este requisito, que a priori parece muy lógico, no siempre se cumple en muchos de los grupos sociales, a veces ni siquiera en los de ámbito profesional.
Es fundamental destacar que, asistir o participar con nuestro perro en un grupo social cuya función principal no se cumple (o en el peor de los casos, que va «sin rumbo a la deriva»), normalmente debería hacernos plantearnos si es una buena idea asistir con nuestro perro. ¿Tiene ese grupo social «las ideas claras» de a dónde debe ir y para qué debe servir a sus miembros?
Los grupos sociales pueden cumplir una o más de las siguientes funciones principales:
- Servir de apoyo para pasar de una forma correcta por las diferentes etapas vitales de un perro para llegar a ser un individuo adulto y maduro.
- Satisfacer una necesidad básica fundamental en los perros: la conducta social o socialización, sin cuya consideración difícilmente podremos conseguir convivir con perros felices.
- Ayudar a resolver problemas de socialización perro-perro, a través de la creación de un entorno social favorable. La mayoría de los problemas que tienen los perros entre sí están basados en la emoción del miedo: ¿podemos crear un grupo canino estable donde los miedos pasen a un segundo plano (habituación)?
- Contribuir a mejorar o solucionar otros problemas de conducta de algunos perros no directamente relacionados con la relación perro-perro, principalmente a través del uso del aprendizaje social como herramienta.
- Mejorar la confianza mutua entre perro y persona, gracias a la creación de un entorno social más amable para ambos. Pasear por la calle puede convertirse en un ambiente hostil para el día a día de muchos binomios perro-persona, especialmente en ambientes urbanos, donde la densidad y diversidad de criterios, muchas veces muy alejados de las formas caninas, pueden provocar el aislamiento social de perros en un principio sin problemas de conducta reales (o de intensidades «teóricamente» muy bajas).
Tipos de grupos sociales: profesionales, recreativos, familiares.
Los grupos sociales pueden clasificarse en varios grupos atendiendo al contexto en el cual se producen:
- Grupos Sociales Profesionales:
Algunos educadores o adiestradores caninos crean grupos sociales de trabajo profesionales, donde los perros generalmente son cuidadosamente seleccionados para formar un ambiente social estable y coherente. Debes tener en cuenta que estos perros están trabajando, en determinadas situaciones a gran intensidad, por lo que el descanso del grupo, o al menos de los miembros más implicados socialmente, es fundamental.
- Grupos Sociales Recreativos:
En principio, serían grupos sociales donde las personas se reúnen con un fin esencialmente recreativo. Los parques caninos o pipi-canes (curioso nombre: «lugar donde un perro hace pis»…); los grupos de perros reunidos en parques que se ven con cierta frecuencia, los grupos de amigos (humanos, no siempre con perros «amigos» entre sí…) que quedan para dar un paseo,… todos ellos forman parte de este tipo de grupos sociales recreativos.
- Grupos Sociales Familiares:
Los perros que conviven dentro de un mismo domicilio, sea un piso, un chalet o simplemente un terreno, pueden formar un grupo social. Por supuesto, que vivan juntos es muy distinto que ese grupo social sea funcional, pues muchas «familias caninas» muestran una desestructuración social muy grande, carente de la mayoría de los elementos o características que diferencian un simple grupo de perros compartiendo un lugar físico de un grupo canino con una dinámica social.
Otra forma de clasificarlos podría ser en grupos sociales permanentes y grupos sociales intermitentes, dependiendo de si los perros que forman parte del grupo social se encuentran juntos conviviendo en (casi) todo momento o si simplemente se reúnen eventualmente para realizar alguna actividad, como por ejemplo dar un paseo de socialización. Las implicaciones de convivir siempre juntos o solo encontrarse puntualmente desde el punto de vista de la funcionalidad de dicho grupo social son bastante diferentes.
Los perros que participan en un grupo social pueden desempeñar diferentes roles o funciones dentro de la dinámica social del grupo. Es muy impotante considerar esto para que dicho grupo social esté equilibrado. Además, es especialmente fundamental tener claro qué papel desempeña nuestro perro para poder ayudarle a través de una relación sana.
Perros solidarios socialmente: los grandes incomprendidos
Si tu perro y tú participáis de un grupo social y observas que uno de los perros (o incluso el tuyo mismo) participa de manera muy activa en los conflictos entre perros, deberías de considerar si no es uno de los denominados «perros solidarios socialmente«. Puedes leer más sobre ellos en el siguiente enlace: http://labrujulacanina.com/perros-solidarios-socialmente-los-grandes-incomprendidos/.
Recuerda que estos perros nunca deberían ser regañados ni castigados por tratar de actuar como perros mediadores frente a los conflictos que surjan en la dinámica del grupo social.
Perros en riesgo en grupos sociales.
Si tienes un perro adulto y social, con una personalidad ya muy definida, con un componente de madurez e independencia suficiente en la toma de sus decisiones, el formar parte de un grupo social con defectos de diseño puede no ser tan grave (aunque no sea lo ideal).
Sin embargo, debes ser especialmente cuidadoso si vas a formar parte de un grupo social o ya lo eres y tienes un perro de los siguientes perfiles:
- Cachorros y perros jóvenes:
Puesto que siempre son más sensibles a las experiencias negativas y más influenciables en su comportamiento. Su personalidad definitiva de adulto aún está en formación, por lo que es fundamental que transcurran por una etapa de socialización temprana lo más adecuada posible.
- Perros solidarios socialmente:
Este tipo de perros pueden sufrir mucho desgaste físico y/o psicológico en grupos sociales mal diseñados, como por ejemplo aquellos con demasiada abundancia de perros con problemas de socialización (o de otro tipo). Si convives con uno de estos perros, revisa bien el tipo de grupo en el que lo involucras, y, especialmente, dale los descansos que necesite.
- Perros con mayor predisposición al aprendizaje social:
Se trata de perros con tendencia a «capturar» comportamientos no deseados a través del aprendizaje social. Este tipo de perros muchas veces coincide con los anteriores.
- Perros con determinados problemas de conducta:
Problemas que pueden agravarse si el diseño del grupo social o el lugar / momento de la actividad no son los más adecuados. El aprendizaje social implica que los perros pueden enseñarse muchas cosas entre sí, desde conductas muy beneficiosas en su día a día a otras que dificulten o lleguen a imposibilitar una vida cotidiana armoniosa y feliz con su entorno.
- Perros con problemas de salud:
Si tu perro tiene un problema de salud incompatible con el tipo de actividad de socialización, deberías de considerar no participar en la misma. Una solución de consenso es participar en ella, pero reducir la cantidad de tiempo que tu perro forma parte de dicha actividad.
- Perros ancianos:
Un grupo social necesita, para ser realmente funcional, una amplia diversidad de perfiles caninos, entre otros factores, de un espectro de edades suficiente. Por ello, la presencia de algún perro o varios perros sénior suele aportar mucho valor, ya que casi siempre se trata de individuos que tienen mucho que aportar a la dinámica social del grupo. Sin embargo, las edades avanzadas son muy susceptibles a mostrar problemas de estrés si la configuración del grupo social muestra aspectos defectuosos.
En general, cualquier tipo de perro que, por su personalidad o comportamientos, pueda verse involucrado en una situación de conflicto intensa y predecible con el actual diseño del grupo social.
¿Cómo seleccionar el mejor grupo social para mi perro?
Aunque evidentemente existen grupos sociales que tienen una dinámica tan nefasta que son negativos para todos los perros, la mayoría de los grupos pueden ser positivos o negativos dependiendo de las características y limitaciones de tu propio perro.
Nuestro consejo personal es que valores con qué perro convives y evalúes todos los factores que hemos comentado en esta publicación. Si después de ello crees que tu perro y tú tenéis más beneficios que obtener que perjuicios, adelante, no lo dudes e incluiros en él.
No te dejes convencer por otras personas, tú eres la persona que mejor conoce a ese perro con el que convives, y eres quien mejor puede valorar a qué está preparado para exponerse y a qué no. Por ejemplo, los grupos de perros de parque o los pipicanes pueden tener (y de hecho tienen) muchos perjuicios, pero tal vez a tu perro en concreto, en esta etapa, en este momento, le vienen estupendamente. O por ejemplo, un grupo profesional mal diseñado puede estar formado principalmente por perros con serios problemas, y esto puede afectar muy negativamente a perros sensibles a experiencias negativas o muy susceptibles al aprendizaje social, como los descritos anteriormente en esta publicación. Ten en cuenta que puede ser que ese mismo grupo social pueda no ser adecuado para muchos otros perros, pero si tú y tu perro tenéis de qué beneficiaros, ¿por qué dejar de participar?
Como siempre, si tienes dudas acerca de este tema, deberías consultar a un profesional con experiencia en grupos sociales sobre las ventajas y desventajas para tu perro y para ti en particular.
¿Y ahora… qué?
LOS PERROS SON ANIMALES SOCIALES. DESDE HACE MUCHOS MILES DE AÑOS LA EVOLUCION LOS HA CONVERTIDO EN AUTENTICAS «MAQUINAS SOCIALES». EL SER HUMANO NO TIENE DERECHO A ARRANCARLE, POR SU PROPIO EGOISMO, ALGO TAN VALIOSO PARA ELLOS.
EL APRENDIZAJE CANINO A TRAVES DE GRUPOS SOCIALES ES UNA DE LAS GRANDES ESPERANZAS DEL PERRO DEL SIGLO XXI.
«Tu perro terminará pareciéndose a su entorno social, ¿cómo te gustaría que fueran sus referentes sociales?»
¿Participas con tu perro de algún grupo social, del tipo que sea, y te gustaría compartir tu experiencia? ¿Estás pensando en forma parte con tu perro de algún grupo social pero te encuentras indeciso? Estamos deseando escuchar tu caso, ¡Cuéntanoslo!
Si te ha gustado este artículo, y crees que con ello podemos aportar nuestro grano de arena para restaurar una parte de la felicidad de nuestros perros, por favor, compártelo.
Enhorabuena por el artículo. No hay muchos posts que hablen sobre esta temática, aunque es más que interesante.
Recalcaría la importancia de que todos los miembros del grupo social canino no tengan ningún problema de comportamiento. El aprendizaje social tiene cosas muy positivas si se copian buenos comportamientos o se enseñan conductas adaptativas, pero copiar problemas de conducta está a la orden del día. Esto cobra especial importancia, como has recalcado en el artículo, en un cachorro.
También hay que tener en cuenta que no se copia a cualquier miembro del grupo. No siempre por juntar a un perro con otro se produce ese aprendizaje.
Hay otros factores que influyen como la intensidad de la emoción que está experimentando un individuo (por ejemplo si el miedo o la ansiedad es excesivo no estará en predisposición de aprender) y la influencia que ejerce el otro perro. No todos los perros del grupo social influyen sobre un individuo en concreto de la misma manera.
Muchas gracias a ti, David. Efectivamente, es un tema con frecuencia olvidado, desgraciadamente casi siempre nos centramos en el aprendizaje asocial o individual.
Sin lugar a dudas, el aprendizaje social puede implicar el «copiar» comportamientos negativos o no deseables, por lo que debemos prestar especial atención al perfil de los miembros caninos del grupo social. Muy de acuerdo.
Por supuesto, para que se produzca aprendizaje social son necesarios algunos requisitos. Entre ellos, que el individuo «copiador» tenga predisposición a este tipo de aprendizaje y que el individuo «a copiar» sea un bueno modelo para el anterior.
Y, por último, sin lugar a dudas, para que se produzca aprendizaje social (y en general cualquier tipo de aprendizaje) es fundamental que el individuo esté en unas condiciones físicas y emocionales adecuadas para ello.